Por Héctor Tapia
Se postergó las fechas para la definición de las dirigencias estatales de Morena, incluida la de Michoacán; esta se definirá o será electa hasta el próximo 13 y 14 de agosto.
Como primer paso lo que se tendrá que hacer es la toma de protesta de los Consejeros Estatales, que fueron elegidos en las asambleas distritales del fin de semana pasado, y a su vez la elección de la presidencia del mismo Consejo Político.
En esta primera sesión del Consejo Político, instalado ya formalmente, se entrará a su vez a la elección de la nueva presidencia del Comité Ejecutivo Estatal de Morena, pero también a quienes integrarán las distintas secretarías del mismo.
De hecho estas primeras sesiones de los Consejos Estatales se postergaron una semana más, dado que estaban programadas para realizarse el 6 y 7 de agosto. Actualmente están en fase de validación y formalización de los listados de quienes fueron electos como congresistas a nivel nacional, que son 3 mil, de estos 120 son de Michoacán.
En esta fase que sigue está un gran reto, tratar de definir una nueva dirigencia estatal por unidad; es decir, lograr los consensos entre los grupos que lograron tener presencia en el Consejo Estatal.
Esta ruta sería la idónea. Sin embargo, se tiene que reconocer la dificultad de que se concrete, dado que hay diferencias muy marcadas entre algunos de estos grupos, y difícilmente podrían lograr este consenso.
Con todo esto, si no se lograra la unidad en torno a un perfil para la dirigencia, quienes tendrán el peso definitivo para decidir a quien encabezará al partido por los siguientes tres años serán los consejeros y consejeras afines al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, que nada más y nada menos tienen 74 de estas posiciones, de las 120 que fueron electas; es decir, tienen bajo su influencia, contemplando el respaldo de los consejeros afines a Carlos Torres Piña, Secretario de Gobierno, a más de la mitad de los consejeros y consejeras estatales.
Es decir, el grupo afín al mandatario michoacano y al secretario de gobierno, con la mano en la cintura, podrían imponerse de forma abrumadora en las posiciones a elegir; aquí es donde vendrá el gran reto, tener la capacidad de “soltar” algunas de las carteras tanto en el Comité Estatal como en el Consejo Político, a otros grupos para tratar de “garantizar” cierto nivel de representatividad de la pluralidad existente, y con ello la estabilidad de Morena Michoacán.
Aunque, en contraparte, quién sabe la postura que tengan los otros grupos, de si estén dispuestos a transitar a encontrar acuerdos, de cara al proceso de organización que también implicará el reto electoral que está en puerta que es el del 2024. Nada más y nada menos que la sucesión presidencial, donde, aunque no lo parezca, se requiere de la unidad.
