La pandemia dejó estragos en todo el mundo, pero a unos nos pegó más que a otros. Primero, por no tener un buen sistema de salud; segundo, por no reconocer las carencias, cada día se puso peor.
Hoy ocupamos gobiernos conscientes y comprometidos para generar mejores condiciones de vida para México y los michoacanos. Es necesario y urgente que disminuyan los índices delincuenciales.
Hablemos de nuestra guerra, sí, la guerra que vivimos los mexicanos. Puedo enlistar un sinnúmero de acciones violentas donde les han arrebatado la vida algún mexicano. No hay estado que quede exento de esta situación. Pero esta violencia cada día sube más de nivel.
Michoacán es un hermoso estado, pero pareciera que la ambición está acabando con nuestros recursos. Entiendo perfectamente que los recursos naturales son para nuestro beneficio, pero debe de ser en forma sustentable y equilibrada.
Lo que desató la ira y coraje del presidente es por la investigación emitida contra su hijo, donde se exhibe que ha vivido de manera nada humilde en unas casonas millonarias de Houston, Texas. No sé qué tan grave pueda ser esto, lo que es una realidad es que el presidente desde hace más de 10 años se ha dedicado a vendernos una imagen de austeridad y de humildad.
Las remesas en los últimos años, y principalmente en los últimos meses, han llegado a niveles exorbitantes. Pero lo que es muy lamentable que nuestro gobierno no los presenta como si fuera un logro. Si los michoacanos dejan su tierra, es porque tenemos ingobernabilidad, inseguridad, falta de servicios y falta de oportunidades para sacar a nuestras familias adelante.
El gobernador está obligado, a más que replicar las frases del gobierno federal y decir que tuvieron mesas de seguridad y que llegaran más elementos de la guardia nacional, a demostrar que sabe hacer las cosas y que cuenta con una verdadera estrategia, que más allá de los discursos políticos se vean los resultados.