Enrique Peña Nieto se dispone a anunciar el “Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar”. En el mismo el presidente va a detallar un acuerdo con empresas de consumo masivo en el cual las mismas se comprometerán a no ejecutar alzas indiscriminadas en los precios de los productos. El acuerdo alcanzará a supermercados, empresas de servicios como cable y telefonía y fabricantes de distintos productos de primera necesidad.
El dato más relevante es que el Gobierno va a emitir un decreto que permita el blanqueo de capitales que actualmente se encuentran fuera del circuito bancario: un asunto sensible si se considera el riesgo de que la medida podría ser explotada por grupos ligados al crimen organizado.
En tanto el Gobierno se comprometerá a modernizar el transporte público, inclusión laboral de grupos vulnerables y mejorar las condiciones del crédito para las empresas. Desde la Banca de Desarrollo y el Fondo Federal de Infraestructura se estimulará la inversión en obras que generen empleo.
A los sectores laborales y del campo los compromete a actuar como vigilantes de que se cumpla el control en los precios de los productos.
Sin embargo, la propuesta no aborda propuestas de austeridad ni contención del gasto superfluo del gobierno federal.