La repatriación forzada de miles de paisanos que sufrirán los efectos de la política anti migratoria de Donald Trump, está generando un escenario de dificultades en México, frente al cual –como siempre- ni el Gobierno Federal ni los gobiernos de los estados estaban preparados.
Me refiero al mercado laboral Empleo precario que los repatriados desde Estados Unidos encontrarán en sus estados de origen.
Michoacán, Guerrero y Oaxaca fueron los tres estados que en 2016 registraron el mayor el número de mexicanos repatriados, pero también cerraron el año pasado con los más altos niveles de informalidad y bajos salarios.
Datos del Instituto Nacional de Migración (INM) indican que el año pasado fueron repatriados 219 mil 932 mexicanos, lo que representó un aumento de seis por ciento respecto de un año antes.
Michoacán, Guerrero y Oaxaca registraron 63 mil 852 eventos de repatriación de mexicanos según entidad de origen, es decir sólo esos tres estados agruparon a 30 por ciento del total de repatriados en 2016.
Al mismo tiempo, el INEGI dio a conocer en la Encuesta Nacional de Ocupacióny Empleo (ENOE) al cuarto trimestre de 2016, que estos estados, que son los que tienen más repatriados, cerraron el año con altos niveles de informalidad, salarios por debajo de los cinco mil pesos al mes y una baja proporción de personas asalariadas.
Oaxaca alcanzó la tasa de informalidad más alta a nivel nacional, con 82.2 por ciento, Guerrero de 78.2 por ciento y Michoacán de 71.8 por ciento.
En cuanto a los salarios, los tres estados reportaron un salario mensual por debajo de los cinco mil pesos. Oaxaca reportó 4 mil 200 pesos mensuales, Guerrero 4 mil 500 y Michoacán 4 mil 800 pesos; en los tres casos el salario se ubicó por debajo del promedio nacional de 5 mil 663 pesos al mes.
Asimismo, esas entidades se situaron en la parte baja de la tabla de trabajadores asalariados, ya que en Oaxaca y Guerrero sólo cuatro de cada 10 personas ocupadas son asalariadas, mientras que en Michoacán lo son seis de cada 10.
A nivel nacional siete de cada 10 ocupados son asalariados.
Cabe señalar que 12.2 millones de mexicanos en Estados Unidos nacieron en México.
Estas dificultades ya empiezan a generar incertidumbre en las autoridades locales y en los municipios, en donde los alcaldes ya levantaron la mano para pedir el apoyo de la Federación y de los gobiernos estatal, toda vez que carecen de empleos, infraestructura y condiciones para atender las demandas de servicios, educación y empleo que están realizando los deportados.
Mientras tanto, el Gobierno de Enrique Peña Nieto, sortea la poca credibilidad que le queda y hace llamados a una falsa unidad nacional en torno a su administración, esto mientras se subordina a la agenda de Trump para endurecer la frontera sur de México, y las remesas penden de un hilo.