No sólo los misiles Tomahawk fueron lanzados al cielo el jueves pasado para cumplir propósitos militares y políticos. También el valor de las acciones de quienes fabrican esos misiles se fueron a las nubes, subiendo casi al instante alrededor de $5 billones de dólares, según informó fortune.com
Los misiles Tomahawk utilizados en el ataque del jueves pasado contra intereses sirios, son fabricados por Raytheon, cuyas acciones abrieron con un 2,5% al alza este viernes, sumando más de $ 1 mil millones de capitalización en el mercado accionario de esa empresa contratista del complejo militar industrial.
El ‘Tomahawk’ es una de las armas más avanzadas del arsenal de Estados Unidos, un misil de 5,53 metros de largo y 53 centímetros de diámetro, que vuela a 919 kilómetros por hora y que en su versión convencional puede alcanzar un objetivo situado a 576 kilómetros.
El precio de cada uno se sitúa entre 1 y 1,4 millones de dólares, según diferentes medios locales, que han calculado en hasta 70 millones de dólares el importe para sustituir los misiles lanzados este jueves contra la base siria.
Junto a la compañía Raytheon, también subían a esta hora en Wall Street las acciones de otras empresas del sector de defensa como la multinacional Boeing (0,92 %), Lockheed Martin (1,50 %) o Northrop Grumman (1,36 %), entre otros.
Las acciones de las firmas contratistas del sector militar han aumentado durante los meses que tiene en la Casa Blanca Donald Trump debido a sus promesas de impulsar un aumento “histórico” de 54.000 millones de dólares en el presupuesto militar del país para “volver a ganar guerras”.
El testimonio histórico Smedley D. Butler

Smedley D. Butler (1881-1940) Mayor General del Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos, condecorado con dos medallas de honor por el Congreso norteamericano y con la Medalla por Servicios Distinguidos. Butler participó en la toma por EE.UU. de Veracruz, México, en 1914 y de Ft. Riviere, Haití, en 1917.
En Connecticut, el 21 de agosto de 1931, el general Butler pronunció un sorprendente discurso ante los miembros de la American Legion. Sus palabras denunciaron el carácter imperialista de las intervenciones en el extranjero de las fuerzas armadas de su país.

“Pasé treinta y tres años y cuatro meses en el servicio activo como miembro de la fuerza militar más ágil de nuestra nación, la Infantería de Marina. Presté mis servicios en todos los rangos de la oficialidad, desde subteniente hasta mayor general… Durante ese periodo dediqué la mayor parte de mi tiempo a ser un matón de primera categoría al servicio de las Grandes Empresas, Wall Street y los banqueros… En pocas palabras fui un extorsionador, un intimidador, un pistolero a las órdenes del capitalismo… En 1924 ayudé a hacer que México, y especialmente Tampico, estuvieran asegurados para los intereses petroleros estadounidenses. Colaboré a hacer de Haití y Cuba lugares decentes para que los muchachos del National City Bank pudieran obtener sus ingresos. Ayudé a violar a media docena de repúblicas centroamericanas en beneficio de Wall Street. La historia de intimidaciones y extorsiones es larga. Entre 1909 y 1912 ayudé a purificar Nicaragua para la firma bancaria internacional de Brown Brothers. En 1916, iluminé a la República Dominicana para los intereses azucareros estadounidenses. En 1903 ayudé a “enderezar” Honduras para las compañías fruteras estadounidenses. En 1927, en China, colaboré a que la Standard Oil obtuviera lo que deseaba sin ser molestada. Tuve… una abultada cartera de intimidaciones y extorsiones. Fuí recompensado con honores, medallas y ascensos. … Pude haberle dado algunos consejos a Al Capone. Lo mejor que él pudo hacer con sus “empresas” fue obtener dinero, intimidando en tres ciudades. Los Marines operaban en tres continentes”.

Tras analizar su propia experiencia militar, Butler denunció el enriquecimiento de los proveedores de las fuerzas armadas, tema que un cuarto de siglo después retomaría el presidente Eisenhower cuando denunció la nefasta influencia del Complejo Industrial Militar sobre el Gobierno de Washington. A la vez, Butler se convirtió en campeón del movimiento pacifista.
War Is A Racket

En 1935, el general Butler escribió War Is A Racket (La guerra es una estafa) denunciando las guerras contemporáneas como aventuras imperialistas en beneficio de Wall Street. Propuso la idea que las fuerzas armadas deberían utilizarse preferentemente con fines de defensa. EE.UU. podría declarar guerras ofensivas sólo si hubieran sido aprobadas en plebisicitos limitados, en que únicamente votarían aquellos que pudieran ser llamados a filas.
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