El columnista del diario El Universal, Salvador García Soto, destaca que la dirigencia de Enrique Ochoa Roza en el PRI vive sus últimos momentos, derivado de los malos resultados electorales del pasado 4 de junio, en donde se prevé que el Instituto Nacional Electoral anulará las elecciones de gobernador en Coahuila, con el argumento de que el candidato del PRI rebasó los topes de gastos de campaña, al gastar 8% más del monto autorizado de 19.2 millones de pesos.
Con ese porcentaje de rebase del candidato priísta, Miguel Riquelme, confirmado ayer en el Informe de Fiscalización de la Unidad Técnica del INE, se configura la causal de nulidad que establece la ley electoral y que señala que para anular comicios se requieren dos cosas: 1. El rebase de gastos por más de 5% y 2. Que se gane o se pierda la elección por menos de 5%. Ambos supuestos se cumplen para el PRI, cuyo candidato ganó con 2.45 de ventaja.
Anoche mismo el PRI confirmaba lo que es ya un revés inminente por parte del INE en su contra, cuando el dirigente nacional, Enrique Ochoa y el candidato Riquelme anunciaron que impugnarán ante el Tribunal Electoral federal la decisión de los consejeros, a los que acusó de “aplicar reglas equivocadas” y dejar en la indefensión a su partido. El revés no sólo será para la dirigencia priísta, sino también para el gobernador Rubén Moreira, quien se volcó con todo el aparato público y de gobierno para apoyar al candidato de su partido, quien además quedaría impedido, si el Tribunal confirma los criterios de nulidad, para volver a participar en una elección extraordinaria por el rebasamiento de topes, por lo que el PRI tendría que postular a un nuevo candidato.
En el caso del PAN, el INE también confirmó que rebasó el tope con su candidato, Guillermo Anaya, sólo que el porcentaje del panista quedó en 4.53% arriba del tope autorizado, por lo que Anaya sí podría volver a competir en una nueva elección, según análisis que hace la dirigencia panista. Un integrante del CEN del PAN aseguró a esta columna que no habrá manera de que los magistrados del Tribunal Electoral federal no validen el rebasamiento del PRI y confirmen la nulidad, porque el blanquiazul “tiene preparadas más pruebas que presentaremos y que confirmarán que el gasto de Miguel Riquelme fue aún mayor a los 20.7 millones de pesos que le acredita el INE”.
La misma fuente aseguró que el PAN también demostrará ante el Tribunal que el gasto de su candidato fue menor porque el INE les contabilizó 58 espectaculares que dicen que no fueron reportados, pero el partido tiene documentos que prueban que sí los reportaron. En todo caso, afirmó el dirigente blanquiazul, con todo y esos espectaculares Anaya no rebasará el 5%, por lo que podrá volver a competir en una nueva elección.
El Tribunal Electoral recibirá y revisará las impugnaciones anunciadas por los partidos al dictamen del INE, y su resolución tendría como plazo antes del mes de diciembre y no hay una fecha exacta para que emita su fallo definitivo e inatacable, en el que los magistrados decidirán si confirman la anulación y ordenan al INE reponer el proceso con una elección extraordinaria o, en caso contrario, invalida los criterios de fiscalización aplicados por los consejeros y declara la validez de la elección.
Lo que es un hecho es que el anuncio de nulidad del INE caerá como balde de agua fría para la dirigencia del PRI, encabezada por Enrique Ochoa, que ha presumido hasta el cansancio que en las pasadas elecciones del 4 de junio “ganamos 2 de 3 gubernaturas” y de confirmarse la anulación esa cifras se caería a 1 de 3, justo en momentos en los que grupos internos del priísmo se preparan para debatir en la XXII Asamblea Nacional de su partido, en donde uno de los temas que llevarán algunas corrientes es precisamente el relevo de Ochoa de la presidencia del partido. Si ya de por sí la Asamblea se veía intensa y complicada, con este golpe del INE los priístas se van a cenar a su dirigente.
INE anula elección en Coahuila, tiembla dirigencia de Ochoa reza
