Vistiendo poleras de amarillo fosforescente con motivos alusivos a la consulta, colgando en el cuello banderas de la región o incluso las camisetas del Barça, los manifestantes llenaron el Paseo de Gracia y se colocaron en forma de cruz desde los Jardines de Gracia hasta Plaza Catalunya y, en horizontal, desde la calle Casanova hasta el Paseo Sant Joan. La Guardia Urbana de Barcelona cifró la asistencia en cerca de un millón de personas, sin embargo, el gobierno español la rebajó a 350 mil, mientras que el diario El País calculó unos 500 mil.
La Diada de ayer fue considerada por la prensa como una de las más divididas debido a la consulta. Según un sondeo divulgado por el diario El Mundo, el 60,3% de los españoles son partidarios de que el gobierno de Mariano Rajoy impida la celebración de un referendo independentista. Mientras que el 29,1% prefiere que se consienta la consulta. “Respaldamos el referendo porque llevamos 300 años reivindicando nuestra cultura, nuestra lengua, economía. Es decir, queremos vivir en un país llamado Cataluña. Simplemente queremos poder votar, quien lo quiere, el sí y el no. Queremos que se acepte el referendo, cosa que no quiere el Estado español. Quiero pensar que se va a hacer, que encontrarán todas las trabas posibles, que nos atacarán, pero votaremos”, dice Monserrat, de 64 años y profesora de química.
Para celebrar el referendo, el gobierno catalán deberá superar los obstáculos de la justicia y del gobierno de Rajoy, dispuestos a impedir esta consulta prohibida por el Tribunal Constitucional.
La fiscalía se querelló contra el gobierno regional y ordenó la incautación del material que pueda ser utilizado en la consulta. La policía registró ya una imprenta y una revista sospechosas de haber impreso las papeletas de voto. El presidente del gobierno catalán Carles Puigdemont señaló que no es una “opción que no se celebre el referendo”.
La movilización fue precedida por un minuto de silencio en memoria de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils (Tarragona) del pasado 17 de agosto. Esto implicó un gran despliegue policial especialmente al comienzo de las avenidas en las que fue cortado el tránsito.
“Como todos los pueblos tenemos la posibilidad y el derecho de poder elegir nuestro destino, nuestro futuro y también participar activamente en las polacas de nuestro pueblo en su territorio”, dijo Antonio Ortega, profesor de 58 años, que asistió junto a su familia a la marcha. “Hay muchas dificultades, pero mirando a América Latina, también tuvieron muchas, muchas dificultades en salir del imperio español y, al final lo lograron, nosotros creo que también lo podemos lograr”, añadió en conversación con La Tercera, que fue invitada por el Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña