La rebelión de los minions | Antonio Aguilera

La fragmentación y/o pulverización del voto es la nueva táctica de los grupos de poder en México (y no sólo políticos o económicos) para tratar de impedir un cambio en el modelo de país que por más de 30 años ha gobernado el país. En el 2009 fue la campaña del voto nulo y en el 2015 los independientes, ahora se trata de hacer del proceso electoral un circo de candidaturas variopintas, inconexas, sin identidad, sin base ideológica y básicamente sin propuesta. Pero todas, sin lugar a dudas, buscan hacerle el trabajo sucio al PRI.
Si aventuramos un correlato de una película de moda entre los niños, podemos señalar que se los Minions tratan de apoderarse del poder en México, pero sólo para que el Villano Favorito no lo pierda, es decir Gru, que es el correlato del PRI en toda esta historia.
Las candidaturas ciudadanas, que nacieron al calor de la lucha contra los partidos políticos, se han convertido en la representación más sórdida de aspirantes refugiados, que no lograron concretar su candidatura con los partidos en los que militaban, y que ahora se registran sabedores que tienen pocas oportunidades de triunfo pero que coadyuvan a fragmentar las opciones electorales.
Ese es el papel que asumen tanto Margarita Zavala, Pedro Ferríz de Con, Armando Ríos Piter y si somos rigurosos, hasta la candidata del EZLN, pero de ella no tenemos mayores elementos para considerar se forma parte del instrumental priísta.
En la baraja del régimen para pulverizar el voto, hay que también señalar al Frente, la primera apuesta para terciar la elección presidencial y no permitir que el primero de julio fuera un día de campo para Andrés Manuel López Obrador, por lo menos para contar con un candidato competitivo de la oligarquía. Pero el experimento adoleció de congruencia, y fue utilizado subvencionado por Ricardo Anaya para apuntalar sus aspiraciones a la candidatura presidencial. Eso provocó otra rebelión interna en el proyecto frentista.
En los días previos a su renuncia, Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y el gobernador perredista de Michoacán, Silvano Aureoles, habían dicho sí al Frente pero condicionado a un proceso abierto para elegir a su candidato presidencial, que no fuera un acuerdo, como en su formación, de las cúpulas.
Dicha postura fue respaldada por Miguel Mancera cuando le preguntaron los reporteros, aunque él sigue dedicado -ha dicho- a la reconstrucción de la Ciudad de México ahora que ha terminado la etapa de búsqueda y rescate.
El punto, que el Frente, sin duda, volvió competitivos al PRD y al PAN, pero no eliminó a los contendientes aunque Margarita Zavala) se haya autoeliminado del PAN, en especial las aspiraciones de Rafael Moreno Valle, quien se puso a la cabeza de exigir que se abra el proceso de selección de su candidato presidencial justamente a los ciudadanos, ya que de no hacerlo -como no quieren hacerlo- será más de lo mismo, más de mismo pero en bloque.
 
Aún es temprano para calcular el tamaño del daño con la salida de Margarita del PAN, y dar cuenta si son muy pocos votos los que le quita la esposa de Felipe Calderón al Frente, o para dar cuenta si Anaya se puede consolidar como candidato competitivo todavía.
Pero resulta obvio la jugada del PRI en todo esto, el festejo del PRI es que puede rebasar al Frente y ubicarse en segundo lugar, es lo que quiere y es lo que necesita para competir frente a López Obrador, eso puede o no pasar dependiendo de cuántos puntos se va a llevar Margarita.
Pero por lo pronto, al circo independiente se trepan Pedro Ferriz, Armando Ríos Piter y el autodenominado “Bronco”, gobernador de Nuevo León. Todos ellos deben de reunir el mínimo de 866 mil 593 firmas que abarquen al menos el 1 por ciento del padrón de 17 estados.
La lucha de los minions apenas empieza, pero está claro que la ruta independiente ya no puede seguir siendo la ruta de los ciudadanos. El Gru sonríe desde Los Pinos.
@gaaelico