José Antonio Meade llegará a su casa esta noche con el apoyo de todos los sectores del PRI, en un regreso a la vieja escuela del tricolor. Así lo preparó Enrique Peña Nieto, que el fin de semana recibió en Los Pinos al resto de los presidenciables para anunciarles que no habían sido elegidos.
“Es el regreso del dedazo y el destape”, anunciaron muchos. “Es la liturgia del PRI”, respondió el propio Peña Nieto, consciente que su designación es definitoria para la candidatura, pero no garantiza como en otros tiempos el desembarco directo a Los Pinos. Las elecciones será el verdadero obstáculo para que el tricolor continúe en el poder.
Con esa claridad en la cabeza, el equipo de Peña Nieto ya organizó las primeras reuniones en Los Pinos con su elegido para la sucesión.
La primera cita será esta misma tarde en la residencia de Los Pinos. Allí se cerrará el círculo que inició el Presidente al anunciar la salida de Meade el Gabinete. El resto del día, Peña Nieto bajó su perfil para que sea el economista quien ocupe todas las noticias, en cada una de sus visitas: su despedida en Hacienda, los apoyos recogidos en la CTM y la CCM, y su inscripción como candidato en el PRI.
Ya por la tarde, Meade volverá a sentarse como candidato oficial del tricolor en Los Pinos. Lo esperará un hombre clave, que diagramó también la campaña de EPN. Se trata de Alejandro Quintero, el gurú mediático que dejó Televisa enemistado con Emilio Azcárraga.
Quintero está convencido que el escenario político mexicano -y mundial- requiere de una polarización sobre continuidad o cambio, poniendo al mejor de los hombres que garantizan estabilidad, seriedad y transparencia. La decisiones tomadas con la indignación terminaron en mayores problemas: el ejemplo de Trump es ideal. Las primeras ideas se conversarán hoy mismo.
Mañana será un día estratégico también: Peña Nieto sentará a todos los gobernadores priistas con su candidato. ¿El tema? La necesidad de conseguir apoyos -políticos, de estructura y económicos- para que la campaña tenga oxígeno de principio a fin. ¿Apoyará los representantes de la vieja guardia a un “itamita puro”?
El miércoles habrá una tercera reunión importante para construir la base de la campaña: los operadores de Peña Nieto invitaron a los principales directivos de las televisoras, potenciales aliados clave para instalar al postulante del PRI. Con un dato importante: Ricardo Salinas Pliego ya puso un pie en el proyecto de Andrés Manuel López Obrador. También Azcárraga.
“Es el regreso del dedazo y el destape”, anunciaron muchos. “Es la liturgia del PRI”, respondió el propio Peña Nieto, consciente que su designación es definitoria para la candidatura, pero no garantiza como en otros tiempos el desembarco directo a Los Pinos. Las elecciones será el verdadero obstáculo para que el tricolor continúe en el poder.
Con esa claridad en la cabeza, el equipo de Peña Nieto ya organizó las primeras reuniones en Los Pinos con su elegido para la sucesión.
La primera cita será esta misma tarde en la residencia de Los Pinos. Allí se cerrará el círculo que inició el Presidente al anunciar la salida de Meade el Gabinete. El resto del día, Peña Nieto bajó su perfil para que sea el economista quien ocupe todas las noticias, en cada una de sus visitas: su despedida en Hacienda, los apoyos recogidos en la CTM y la CCM, y su inscripción como candidato en el PRI.
Ya por la tarde, Meade volverá a sentarse como candidato oficial del tricolor en Los Pinos. Lo esperará un hombre clave, que diagramó también la campaña de EPN. Se trata de Alejandro Quintero, el gurú mediático que dejó Televisa enemistado con Emilio Azcárraga.
Quintero está convencido que el escenario político mexicano -y mundial- requiere de una polarización sobre continuidad o cambio, poniendo al mejor de los hombres que garantizan estabilidad, seriedad y transparencia. La decisiones tomadas con la indignación terminaron en mayores problemas: el ejemplo de Trump es ideal. Las primeras ideas se conversarán hoy mismo.
Mañana será un día estratégico también: Peña Nieto sentará a todos los gobernadores priistas con su candidato. ¿El tema? La necesidad de conseguir apoyos -políticos, de estructura y económicos- para que la campaña tenga oxígeno de principio a fin. ¿Apoyará los representantes de la vieja guardia a un “itamita puro”?
El miércoles habrá una tercera reunión importante para construir la base de la campaña: los operadores de Peña Nieto invitaron a los principales directivos de las televisoras, potenciales aliados clave para instalar al postulante del PRI. Con un dato importante: Ricardo Salinas Pliego ya puso un pie en el proyecto de Andrés Manuel López Obrador. También Azcárraga.
