Por América Juárez Navarro
@america_navar
Morelia, Mich., “Quien chingaos va a venir por convicción, si a la gente no le dicen vayan, no se les paran ni las moscas”, refiere un chófer que estaciona su unidad en el Palacio del Arte, donde se realiza el mitin de cierre de precampaña del precandidato al Senado de la República, Antonio García Conejo, mientras un pasajero le responde: “Te obligan, te obligan.
En el lugar donde desde las 10 de la mañana llegaron de todas partes del estado, asistentes al mitin, se ve de todo, desde funcionarios de medio nivel, hasta del gabinete legal ampliado y los secretarios de diversas dependencias estatales, así como habitantes de comunidades indígenas y de colonias populares.
La plática del chófer y el pasajero, se ve interrumpida por una familia que sube con la bandera del Sol Azteca, el chofer insiste, Antonio García Conejo. Mientras una pareja de la tercera edad, junto con su hijo y nuera, así como dos nietos, se suben y ocupan los asientos, un poco desencantados, pero con la convicción de que cumplieron con el partido.
“Apenas acabale para el diésel”, repite el chófer, mientras señala: “rata de dos patas”, en referencia a la clase política. Mientras otro de los decide quedarse en el evento, uno de los pasajeros coparticipes de la charla, le recuerda que se lleve “las camisetas” con el logo de Toño García, en tanto el chófer reitera “es voluntariamente a huevo”, al hablar sobre quienes acuden a los mítines.
Entre las incidencias de la vida diaria se ahílan historias, durante el trayecto también hablan de incumplimiento como los políticos, también en las raíces de nuestra sociedad se leen las historias sobre las promesas incumplidas, no sólo en campaña.
Pero esta historia se enlaza con las de dos mujeres indígenas de Atécuaro, quienes afuera de una cadena comercial ubicado a un costado del Palacio del Arte, sentadas en el primer escalón y con una Coca-Cola al lado, un pan de caja que aminora el hambre, al preguntarles a quién vienen apoyar, hablan entre ellas en su lengua materna, se dicen cosas una a las otra, “no sabemos” atina a decir una de ellas, “pregúntele a mi marido”.
El presunto marido se ha colocado alejado del grupo de mujeres y niños, que están ahí en la explanada donde se realiza el mitin, a quien directamente le preguntó: -Quién los trajo-, nadie, nosotros venimos a ver a nuestro candidato, queremos alguien que cambie las cosas, juntamos nosotros para la gasolina, responde, mientras que otros dos hombres que lo acompañan, solo agachan la cabeza.
La realidad de estos hombres y mujeres, contrasta con la del imponente Centro comercial en donde sólo les alcanza para una coca de tres litros y pan, ahí están varias familias que aseguran vinieron apoyar al senador, pero no los dejaron entrar. La sencillez de estas mujeres no es diferente a la pareja de la tercera edad que no deja de tomarse la mano, que tomó el micro del Circuito Carrillo, que solo llevaban pegado en su camisa el nombre de Antonio García Conejo.
Adentro en el recinto, pululan las mantas de apoyo Antonio García Conejo a nombre de organizaciones y a nombre propio, más de alguno busca quedar bien con el hermano del gobernador, asegurándole que están con él.
En la primera fila, cerca del escenario donde el aspirante Antonio García Conejo emite su discurso, están los dirigentes y coordinadores del PRD de sus corrientes internas a nivel nacional, en la segunda fila funcionarios de primer nivel, secretarios de salud, desarrollo social, y directivos de áreas como de Pensiones, o de la Comisión de Aguas y Cuencas.
Antonio Soto secretario de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano, en la rueda de prensa dirige su mirada a los medios para justificar su presencia, y entre los labios y con señas esperando que los medios entiendan, murmulla “estoy ejerciendo mis derechos políticos”, y surge el eterno debate, de cuánto tiempo se es funcionario, tiempo completo, de lunes a viernes, o dónde empiezan sus derechos.
Crónica: Sí a la gente no les dicen que vayan, no se les paran ni las moscas
