De tinta y rebeldía por Ar Mendoza

Observando el panorama político de México y la lucha de intereses por parte de algunos partidos políticos, caigo en cuenta que el país está muy lejos de aquella democracia que algún día soñamos y que pensamos sería la salvación de una nación que parece cada día más inestable, donde las nuevas generaciones ya no hacen lo que quieren, hacen lo que pueden, pues los políticos en turno en lugar de comenzar a ver por la juventud solo piensan en hacer carrera política y en brincar de un puesto a otro. Las ideologías se han acabado y los intereses han aumentado, así de triste comienza esto…
A finales de los años ochenta y principios de los noventa, su servidor era aún muy pequeño para distinguir las diferentes aristas de la política mexicana, sin embargo se alcanzaba a percibir un movimiento que comenzaba a gestarse en contra de un régimen que había tenido el poder durante muchos años, un movimiento que parecía organizar a las diferentes corrientes de la izquierda mexicana, una corriente que venía luchando años atrás por la democracia, por las causas justas y populares, por un progreso que estaba determinado a llevar a México a una estabilidad social, económica, política y cultural.
Con una izquierda organizada y grandes liderazgos que la representaban, el movimiento encabezado por el entonces candidato Cuauhtémoc Cárdenas puso a temblar al régimen priísta en las elecciones del 88, en donde el sistema falló a favor de Carlos Salinas de Gortari, poniendo en crisis la democracia y la elección sufragista del pueblo mexicano.
El tiempo pasó, los fraudes continuaron y el país lo resintió, el PRD se desdibujó tras la salida de diferentes liderazgos, los diferentes perfiles se dispersaron, algunos quedaron relegados, otros decidieron tomar el poder a costa de lo que fuera, incluso aliándose con la derecha, otros por su parte decidieron seguir la lucha democrática bajo los principios de equidad y justicia con los que se fundó el verdadero Partido de la Revolución Democrática, un partido que llegó a marcar historia y a abrir un gran resquicio para las propuestas e ideas de izquierda en México.
Dicho partido político se fundó con sangre, sudor y lágrimas en un México que clamaba a gritos una verdadera alternancia política, una agrupación que buscaba la equidad para favorecer a los sectores más desprotegidos de una sociedad que parecía cada vez menos equitativa, y cada vez más reprimida por aquellos que ostentaban el poder dentro de las cámaras, pues la oposición era nula en aquellos tiempos.
Es muy triste observar como aquel movimiento social que revolucionó la política en México se haya convertido simplemente en un partido satélite de la derecha, en una organización que simplemente busca mantener su registro para seguir vendiéndose al mejor postor y obtener recursos económicos para el enriquecimiento de sus cúpulas.
Es lamentable como las ideas justas y revolucionarias de apoco se fueron extinguiendo al interior del PRD, por culpa de unos cuantos miembros sin carácter que simplemente  han habitado dentro de las cúpulas partidistas, lejos quedan ya los ideales Cardenistas, y  que lejos se ve una revolución democrática en un México falto de confianza, lleno de ambiciones insulsas que parecen permear cada vez más en lo profundo de las conciencias ciudadanas.
Así pues, concluyo acotando que Ricardo Anaya candidato a la Presidencia de la República Mexicana es la antítesis de lo que llegó a ser el PRD algún día, pues es un político que dista mucho de los ideales que un día movieron las conciencias de todos aquellos mexicanos que esperanzaban un mejor porvenir.
Twitter: ArielMendozaAr