Elecciones bajo sospecha | Héctor Tenorio

Un amargo sabor de boca han dejado los candidatos presidenciales independientes, presuntamente falsificaron cientos de firmas que el Instituto Nacional Electoral (INE) les exigió como requisito para participar. Los números son escalofriantes: A Margarita Zavala le detectaron el 45 por ciento de los apoyos con irregularidades (708 mil 606 firmas invalidadas, de las cuales 212 mil 198 eran fotocopias), a pesar de esto aparecerá en la boleta electoral. Mientras que a Jaime Rodríguez Calderón El Bronco le invalidaron un millón 198 mil rúbricas y a Armando Ríos Piter le anularon un millón 522 mil firmas. Ambos impugnaron la decisión ante la autoridad electoral. Aunque lograran salir bien librados ¿con que credibilidad se presentarían ante el electorado? Irónicamente el 94 por ciento de las firmas que presentó María de Jesús Patricio Martínez eran reales. Sin embargo, le faltaron 600 rúbricas. En este sentido es necesario que en un futuro se legisle sobre el tema y esto permita una mayor transparencia.
Los afectados dicen que hubo filtraciones por parte del consejero Benito Nacif, al parecer compartió información con algunos columnistas. La respuesta no tardó en llegar, el INE señaló que cuenta con elementos que le permite determinar con exactitud de que celulares ingresaron las simulaciones de credenciales de elector que pretendieron hacer pasar como apoyos ciudadanos.
Sin importar lo que suceda, es un triste espectáculo el que presenciamos. En teoría las candidaturas independientes fueron una manera de renovar al sistema político. Una opción para los millones de ciudadanos que no se identificaban con ningún partido político, pero la realidad nos indica lo contrario. Margarita Zavala buscará ser la abanderada del descontento, el problema es que la opinión pública sospecha que su participación se relaciona a su posible capacidad de restarle sufragios a Ricardo Anaya quien se ha convertido en la obsesión del Presidente de la República Enrique Peña Nieto.
En este ambiente enrarecido no resultó extraño que los presidentes de los partidos que conforman la coalición Por México al Frente (PAN, PRD; MC), entregaran una carta al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, donde denunciaron el uso faccioso de las instituciones por parte de las autoridades mexicanas en el marco del proceso electoral. Quieren que la OEA despliegue desde el mes de junio una misión de observadores, temen una elección de Estado.
En otra trinchera, la dirigencia de Morena trabaja en reforzar su equipo de abogados que se encargarán de la defensa del voto antes y después del 1 de julio. De igual manera aceleran el paso en la capacitación de sus representantes de casillas. Andrés Manuel López Obrador comprende que no debe escatimar esfuerzos ya que la victoria se le podría escapar. No hay que olvidar que el abanderado del PRI José Antonio Meade advirtió que la elección será una copia de lo sucedido en el Estado de México, donde el tricolor desbancó al PAN y luego cometió fraude.
Tal escenario es el reflejo de una sociedad que no confía en sus instituciones y estas continúan siendo endebles por la corrupción que existe en ellas. Cabe recordar que en la transición democrática que inició en el 2000, los Presidentes de la Republica han intervenido en los procesos electorales: Vicente Fox lo hizo de manera descarada; Felipe Calderón no desaprovechó su oportunidad y Enrique Peña Nieto hace lo propio ante la desesperación de que José Antonio Meade no levanta en las encuestas.
Seguiremos avanzando lentamente hasta que la sociedad presione y se den los cambios de verdad.