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Échale un ojo al modelo de Gobierno Abierto Por Viridiana López

@virila2
La corrupción es un tema que está en la mesa de debate diariamente entre los ciudadanos, los políticos, los candidatos, los servidores públicos, los jueces y demás. Todos lamentando su existencia y responsabilizándose a unos y otros.
Lo cierto es que si estamos tan inconformes con los niveles de corrupción en nuestro país porque nos ubicamos en el lugar 135 de 180 países evaluados en materia de anticorrupción, de acuerdo al índice de percepción de la Corrupción 2017, (la calificación de México empeoró por un punto, pasando de 30 a 29, en una escala que va de 0 a 100, donde 0 es el país peor evaluado en corrupción y 100 es el mejor evaluado en la materia), ¿Por qué entonces no utilizamos instrumentos que ayuden a revertir este problema?
Hay opciones. Mientras funciona correctamente el Sistema Anticorrupción en todo el país y en lo que se incorpora la Unidad de Inteligencia Financiera y el SAT al Sistema Anticorrupción, y en tanto se logra tener una Fiscalía General de la República autónoma e independiente de intereses políticos y privados, pongamos la tecnología de la información a nuestro favor y echemos un ojo al modelo de Gobierno Abierto.
El gobierno abierto es un medio que sirve para resolver los problemas de corrupción que se ejerce diariamente en escalas digamos menores: obtener una licencia de conducir, un permiso para poner un negocio, pago de multas de tránsito, obtener certificados médicos, entre otros más.
Al contar con sistemas de información interoperables y automatizadas en las instituciones públicas podremos reducir esas malas prácticas que dan pie al “coyotaje”.
Ahora bien, a niveles de corrupción más elevados, también el gobierno abierto es una opción, a través de la participación ciudadana, pero una verdadera participación, no debates de café ni críticas aisladas de Social Media, sino que los ciudadanos se involucren en la vida pública y participen, porque entonces la relación de poder Gobierno-Ciudadano puede ser más equilibrada.
En este siglo XXI, en esta era de la Información y el Conocimiento, y en pleno ejercicio de la web 2.0 y 3.0 hay respuestas a los cómos para reducir los índices de corrupción en México, sólo falta voluntad.
 
 
 
 

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