#ENTRELÍNEAS // PRD, “los de arriba” Vs. “los de abajo”…

Héctor Tapia
Tras el anuncio de refundación o creación de un nuevo partido político por parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD) las opiniones que se han sucedido han sido de rechazo al cambio de nombre, y la coincidencia general de militantes y actores de esta fuerza política ha sido también de que pasan por un momento muy complicado, de crisis interna.
Son voces que forman parte de sus respectivas expresiones políticas o tribus, y se “disciplinan”, están a la expectativa de lo que marquen sus respectivos liderazgos.
Ven con cierto desencanto y “desesperación” el rumbo que está tomando su partido; sin embargo sí coinciden principalmente en un aspecto, el partido tiene que cambiar.
La lectura que tienen en la base no está alejada del diagnóstico, pero no coinciden con que el partido siga secuestrado por algunos, y que sigan siendo simple carne de cañón, cuando ellos sienten que pueden hacer más.
Fueron varias las figuras, actores u operadores políticos, de distintas expresiones los que fueron consultados; cada uno tiene su respectivo liderazgo, y por ello se mantienen “disciplinados” en decir algo que resulte distinto a la ruta que buscan trazar en lo nacional. Están confundidos, animosos de participar, pero confundidos. Son principalmente políticos jóvenes, que han caminado, tocado puertas, recorrido municipios, distritos, se han “enlodado” los zapatos buscando construir estructuras. Mismas que fueron llevadas por algunos de sus anteriores liderazgos a apoyar a otros proyectos en el proceso electoral pasado.
Y es en este punto donde me detengo un momento. Hay actores, liderazgos, relativamente nuevos, que han caminado calles, que han construido estructura, que buscan una oportunidad de dar en serio una sacudida al partido del sol azteca, y que están a la expectativa de lo que sucederá. Ellos quieren participar, pero no quieren tampoco confrontarse con quienes les dieron “cobijo” en sus expresiones.
Bajo esta dinámica pareciera que hay dos lecturas del partido, y también dos perspectivas de cómo “rescatar” a un partido que está hundiéndose cada vez más en su crisis.
La perspectiva de quienes ya no salen a construir estructura, que andan en camionetas del año, en reuniones de café, que son funcionarios de “alto nivel”, que se codean con las cúpulas o forman parte de ellas; y la perspectiva de quienes han luchado desde abajo –sin ser ingenuos o palomitas blancas- por años por construir un proyecto político para poder llegar a los puestos de decisión, y que luego de las determinaciones fallidas de sus liderazgos, se han quedado en la incertidumbre.
¿Qué sigue?, ¿se revelarán esos “nuevos” liderazgos?, ¿les darán espacios para reconstruir desde abajo?,  ¿seguirán los mismos de siempre?.
El PRD seguirá mientras se define, desde sus bases y nuevos liderazgos, en una incertidumbre constante, en un buque a pique que algunos intentan todavía salvar.