ENTRELÍNEAS //  Morelia: desastre, renuncia y exclusión

Héctor Tapia
Dicen que después de la tormenta viene la calma. Pero en el caso de Morelia, si bien la parte más cruda de la emergencia que provocó Willa y sus lluvias se vivieron las primeras horas y días de la contingencia, los días siguientes comenzó un proceso de poca claridad que ha reavivado la tensión en la ya de por sí tensa relación entre el gobierno municipal y el gobierno del estado.
Con la declaratoria de Emergencia que concedió Protección Civil Nacional, que depende de la Secretaría de Gobierno de la República, se autorizó la activación de los recursos para atender a los damnificados.
Sin embargo, hay decisiones que han sido tomadas que generan poca certeza que se dará sobre el uso de los recursos económicos del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) para atender a los afectados por las inundaciones en 40 colonias, que –no hay que olvidar- perdieron parte de su patrimonio.
Una vez que se activaron estos recursos el Gobierno del Estado ha optado por excluir al Ayuntamiento en la operación de dichos recursos, según ha referido personal de la administración local.
Explican que para la reunión que se citó para dar seguimiento a este tema en Casa de Gobierno, la cual se daría entre funcionarios estatales y municipales, se negó el acceso al secretario de desarrollo humano y a la comisionada de seguridad de la capital del estado.
Este encuentro se dio o debía darse, informan, para coordinar esfuerzos para atender la continencia y ver las necesidades de los damnificados, pero se dejó fuera a estos representantes del municipio.
Los recursos aprobados por la Secretaría de Gobernación deberían de destinarse para la atención en materia de salud, alimentación y albergue de las personas damnificadas.
Esta exclusión de los funcionarios municipales se da previo a la renuncia de Minerva Bautista, quien venía desempeñando un cargo como subsecretaria en la Secretaría de Desarrollo Social y Humano del gobierno del estado, quien acusó incluso de presuntos actos de corrupción al titular de la secretaría, Juan Carlos Barragán Vélez.
El desencuentro se dio luego de que Minerva Bautista se reuniera con directivos del Ayuntamiento de Morelia para dar seguimiento a la atención de la contingencia; lo que le valió un regaño, presuntamente, de parte de Barragán Vélez.
Estos dos hechos separados pero ligados por la contingencia de Willa, dejan cuando menos la duda de cómo se habrá de manejar estos recursos que tienen que destinarse a la atención de damnificados.
Sería lamentable que recursos que deberían ser destinados para ayudar a quienes perdieron su patrimonio, y que enfrentan un momento complicado, fueran utilizados con un fin distinto al que se tiene establecido, y que se le diera un uso incluso hasta político.