Por: Ricardo López
Las críticas y señalamientos en contra del Presidente, Andrés Manuel López Obrador, desde el día después de las elecciones donde ganó por abrumadora mayoría, no han cesado, los ataques se han incrementado cada día más en medios electrónicos, prensa escrita. Los diferentes sucesos como el ataque al huachicol y robo desde el interior en PEMEX, sólo los que tienen memoria política pueden darse cuenta de que existe tras la cortina un verdadero peligro para el nuevo Gobierno Federal.
No son enemigos extranjeros ni tampoco ataques terroristas, los verdaderos enemigos que son un grave peligro para México los tenemos “dentro de casa”, con los políticos de ultraderecha, conservadores, manipuladores de las masas que generan preocupación, miedo infundado ante el cambio del rumbo político de nuestro país.
Quienes conocemos, recordamos o nos hemos dado a la tarea de estudiar la historia política mexicana, podremos reconocer que los movimientos que se están ejecutando en este momento por parte de la ahora oposición, tienen a todas luces el sello sinarquista.
Para muchos el sinarquismo es algo desconocido, situación normal, pues México es un país de escasos lectores, sin embargo la historia no miente, está escrita, para todo aquel que quiera darse cuenta que el axioma donde se hace referencia a la ignorancia del pasado condena a repetir los errores en un futuro mediato.
Hoy más que nunca podemos observar cómo la derecha radical está tomando las riendas de sus partidos correspondientes y formando un bloque para poner en graves aprietos al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Constantemente ha sido criticado por no dar respuestas o definiciones concretas sobre sus planes, en el ataque al robo de PEMEX, esta acción sacudió tremendamente a los grupos neoliberales, mostrando públicamente el gran tamaño del robo que por tantos años permitieron deliberadamente en la petrolera nacional.
Su desenvolvimiento durante las entrevistas es escueto, cerrado en sus respuestas. Es claro que no quiere dar ningún tipo de indicio a sus futuras acciones pues es darles pistas o material de aporte a sus contrincantes políticos para comenzar a increparle o desafiarle políticamente movilizando la gran cantidad de gentes que tienen a su disposición para lograr tal fin.
Los ahora llamados derechairos son el perfecto ejemplo de lo que fue los integrantes del grupo sinarquista a inicios del siglo 20 en México, arropados ayer y hoy por la ignorancia; seguramente la gran mayoría de estas personas a las que ahora se les llama de esta manera no tienen ni idea de que su comportamiento es perfectamente encajable en el esquema del sinarquismo mexicano pues su miedo a un cambio político con tendencia social popular y progresista les hace generar un gran pánico el cual tiene precisamente sus raíces en la doctrina católica sinarquista.
No solamente está comprometido la paz social económica y política de nuestro país ante este nuevo embate de la derecha mexicana, está comprometido la paz social, cada día está más radicalizada la opinión pública;
diariamente se leen comentarios y notas en redes sociales donde los llamados derechairos externan un sin número de bituperios, afirmaciones escandalosas, notas amarillistas tendenciosas llenas de falsedades, lo peor de todo, plagadas de rencor, lo cual simplemente abona a una inestabilidad social la cual representa el verdadero peligro, el caldo de cultivo para que la ultraderecha mexicana se torne más allá de ser una oposición política.
El grave peligro que encierra una confrontación ideológica política de tal magnitud sólo puede traer seguramente desgracias, inestabilidad, freno al progreso, un fanatismo desmedido que solamente se puede medir en la escala nacionalista europea que desencadenó el fascismo en España, Italia o Alemania nazi, la cual brindó un cúmulo de ideas, conceptos ideológicos en el cual Gómez Morín fundamentó su ideología para crear y darle forma al Partido Acción Nacional, sin dejar de lado la doctrina católica sinarquista.
Esto es el verdadero peligro para México, la confrontación de un poder económico católico que abanderando un falso movimiento defensor nacionalista detenga el proceso de cambio, progreso que tanto necesita nuestro país, es muy notorio el enojo y enfado que tiene el poder fáctico mexicano ahora convertido en oposición ante la toma del poder de Andrés Manuel López Obrador.
Para terminar en esta ocasión, sería bueno invitar a todos aquellos opositores a este cambio político social e ideológico a que conozcan, se informen de lo que fue el sinarquismo en México, sus grises consecuencias posteriores, los resultados están escritos en la historia y aún en la memoria de muchos mexicanos que no somos tan viejos, que hemos vivido en carne propia los actos desproporcionados a favor de los intereses de empresarios, políticos, dirigentes religiosos en este país, donde aún el grito de: Viva Cristo Rey !!! sigue sonando, ahora por debajo de la mesa y siendo oposición.
Como colofón, dada la magnitud del hurto a la Nación con los hidrocarburos, difícilmente se podía hacer un plan de contingencia, si se hubiera planeado, era tiempo dado al crímen para seguir actuando y esconder sus fechorías. Era necesario actuar de esta manera, inmediata, para destapar tanto estaciones de despacho coludidas como personas desde muy alto cargo hasta abajo.
Todo cambio duele e incomoda, perdamos un poco el confort, salgamos de esa zona conformista que tenía al pueblo engañado, para tener un auténtico cambio político, económico y social.
Es cuánto.