Por: Javier Lozano.
Las dirigencias estatales de los partidos políticos, deben sobresalir por defender las políticas públicas que proyectan sus principales figuras, así como la gobernabilidad del mandatario de donde fueron emanados; en el caso de la dirigencia estatal del PRD: Antonio Soto se ha convertido en una especie de vocero del gobernador, por lo menos esa es mi percepción; se ha justificado al mandatario, incluso cuando este llamó a votar por José Antonio Meade, ex candidato por la presidencia de la república y que abanderaba al partido revolucionario institucional, un instituto que siempre ha sido criticado por la hegemonía que marco por más de 70 años en el poder.
La semana pasada, Antonio Soto menciono que el mandatario es la figura más visible del perredismo en la actualidad; tiene razón, pero bajo ciertas circunstancias. El PRD llego a administrar muchos estados en el país; ahora, solo conserva Michoacán. Eso lo convierte en un candidato natural para las elecciones federales del 2024 por la posición que sustenta, eso es sumamente indiscutible.
No me parece una ocurrencia, el PRD quiere posicionar a Silvano Aureoles para el 2024; ahora bien, hay que ver primero los resultados que se obtienen en Michoacán en las elecciones intermedias del 2021, donde tendrán el reto de retener el gobierno del estado, bajo la cohesión que está logrando el partido del Movimiento regeneración nacional, y sobre todo el dominio mediático que está teniendo Andrés Manuel López Obrador a nivel nacional. La apoteosis que tiene MORENA en la actualidad, prácticamente lo sitúa nuevamente ante los reflectores; Cierto, faltan 5 años, pero la tendencia que está marcando sobre todo AMLO, será sumamente decisiva para volver a ganar en el 2024, es natural, he inclusive estadístico.
Silvano quiso ser candidato por el PRD en las pasadas elecciones; pero las negociaciones que llevaron a cabo Alejandra Barrales y Ricardo Anaya, cerraron el paso al mandatario estatal Michoacano. El gobernador no tuvo otra opción, que simbólicamente dar el apoyo a su dirigencia nacional, aunque después, diera el espaldarazo abiertamente al candidato del PRI mediante un mensaje de twitter.
Como punto de partida de este destape anticipado, podemos discutir varios matices; uno de ellos, básicamente tiene que ver con los niveles más bajos de aceptación del mandatario. El 69.4 % desaprueba la gestión del ejecutivo; una evaluación baja, que lo sitúa en los últimos lugares a nivel nacional según una encuesta publicada por Arias Consultores en Abril del 2019. Esto nos habla de un desencanto por más de la mitad de la población estatal de Michoacán.
Es lógico pensar, que muchos de estos factores inciden para que el actual mandatario estatal, reduzca sus posibilidades reales de llegar a palacio nacional. Por otro lado, las relaciones políticas con las organizaciones sociales y los sindicatos, no han sido las mejores; es evidente que existe falta de comunicación que ha impedido amalgamar un programa que de salida a las demandas de los distintos gremios. Hay que tomar en cuenta lo anterior, ya que en las pasadas elecciones, todas las organizaciones sociales y sindicales cerraron filas con el actual gobernador; sin embargo, la ubicación real prácticamente es ambigua.
Estoy totalmente de acuerdo que es sumamente prematuro este destape; pero trae consigo una estrategia del comité ejecutivo estatal; comenzar a posicionar al mandatario estatal ante los reflectores; quizá sea aventurado, pero en la política todas las estrategias son válidas para ir ganando terreno. Desafortunadamente este gobierno en especial, se ha hecho acreedor a una serie de cuestionamientos pos los excesivos gastos que realiza en medios de trasporte, he inclusive en artículos de uso personal, así mismo, por la frivolidad que han adoptado algunos de sus funcionarios. Es curioso ver este tipo de contrastes en gobiernos que abanderan un partido de izquierda, pero se ha hecho tan cotidiano, que no sorprende a propios y extraños.
En resumen, esta noticia trajo un poco de impacto, pero también una serie de opiniones de la sociedad. Pareciera que estamos prácticamente en la antesala de una candidatura; ahora, faltan poco menos de tres años de gobierno; los programas de que se establecieron en tiempos de campaña, en realidad no han promovido un desarrollo integral; y uno en especial que me preocupa mucho: que es el tema de la educación, donde seguimos sumidos en los últimos lugares de aprovechamiento académico.
Entiendo perfectamente al mandatario; que actor político no quisiera llegar hacer presidente; pero en el caso de Silvano Aureoles, lo veo sumamente complicado, casi una quimera; las posibilidades son prácticamente nulas; no existe ese medio; la de ser candidato si, la de presidente no.
Creo que la atención antes de hacer destapes, la deben de centrar en recomponer primero la estructura política del partido, que en realidad sigue siendo ampliamente marcada por un solo grupo político que es: Foro Nuevo Sol. Es verdaderamente utópico pensar en un futuro si no existe prácticamente una agenda y un acercamiento con las principales bases del perredismo, que por cierto, perdieron a mansalva por los interés personales de algunos personajes que negociaron la candidatura con el PAN.
El ánimo es bueno, las condiciones políticas no; la dirigencia estatal del PRD debe procurar un itinerario de acciones que proyecten un programa de rescate de su militancia; me parece totalmente un error pretender penetrar en el debate a través de la descalificación al gobierno federal; recuerden que esas acciones acrecentaron más las posibilidades de triunfo de López Obrador en el 2018. Es una mala estrategia, la sociedad está cansada del encono político que se propicia; la narrativa debe dar un giro y transformarlo en acciones, pero actuaciones que sumen, no que resten.