Raúl López Téllez
Atrás de los intentos de aplicar desde las direcciones de las facultades cargas laborales a docentes sindicalizados en la Universidad Michoacana, se encuentra el riesgo de pretender ejercer criterios de racionalidad financiera que se contraponen con derechos integrados en los contratos colectivos de trabajo y por antigüedad en el caso de los maestros interinos o por horas, al limitarles o retirarles su materia de trabajo, consideró el maestro Oscar Olivera.
En el contexto de la toma de las instalaciones de la Facultad de Economía desde el pasado martes 20 por docentes agremiados al Sindicato de Profesores (SPUM), que protestan por la decisión unilateral de la dirección del plantel de imponer cargas horarias, Olivera señaló como “un riesgo que se violen constantemente los contratos colectivos de trabajo, cuyo garante debe ser la Ley Federal del Trabajo, lo que nos habla de situaciones perversas. Si no ofrecemos resistencia, no por capricho sino por una defensa legal, real, entonces nos podrían seguir sometiendo, no sé si esta sea la palabra. Aparte de la cuestión burocrática administrativa que se está gestando, está el otro riesgo, que las facultades e institutos nos tengamos que doblegar ante las violaciones al Contrato Colectivo y obviamente a la Ley Federal del Trabajo”.
Cabe señalar que en meses pasados, una situación similar se presentó en las facultades de Contabilidad y Ciencias Administrativas además de la de Biología, donde los maestros agremiados enfrentaron con el intento de imponer cargas horarias, sin consenso o respecto a derechos contractuales o al reglamento interno, y que orilló también a tomas de las dependencias que, en el caso de esta última, alcanzó casi un mes de inactividad.
Esta situación, dijo, no atañe sólo a la Facultad de Economía en el contexto de las dificultades económicas que vive la Universidad Michoacana, inmersa en un déficit presupuestal que este año alcanza los 996 millones de pesos, sino a la planta docente en general.
En el caso de la dependencia, dijo que un 45 por ciento de la planta docente resulta afectado con la imposición de cargas horarias a los docentes sindicalizados, a quienes “se les quita su materia de trabajo, éste es un riesgo perverso al asignarle a los otros profesores cargas que no les corresponden, si llegan a aceptar, se deja sin materia de trabajo a profesores sindicalizados con cargas horarias de medios tiempos y de asignatura y por horas. Estamos violando de manera colateral un derecho que ellos ya tienen ganado, este es un problema severo si no lo mencionamos de esa manera: el proceso burocrático administrativo tiene consecuencias”.
Por su parte, el doctor Salvador Padilla señaló que “la idea que se viene instrumentando en toda la Universidad, no ahora sino desde el año pasado y más ahora, con mayor exigencia, es el uso racional de los recursos económicos, financieros y del profesorado, de tal manera que se está queriendo desplazar a los maestros por horas, por asignaturas o interinos, y esas horas que se quieren liberar a esos profesores dejándolos sin trabajo, que la asumamos el resto de la planta de profesores violando el Contrato Colectivo de Trabajo, es decir, se nos quiere cargar un número absurdo o irracional, excesivo, de horas de trabajo frente a grupo, que no nos dejaría definitivamente realizar la investigación que queremos realizar y que tenemos derecho y obligación de realizar, dado que una de los objetivos principales de la Universidad, además de la docencia, es la investigación científica y de eso nos quieren limitar el derecho y el tiempo que estamos interesados en hacerla por vocación”.
Bajo este esquema, señaló el ex director de la Facultad de Economía, “se nos quiso ningunear y humillar designándonos una carga de trabajo absurda y sobre todo violatoria de la cláusula 28 del CCT”, misma que establece la carga laboral por semana ante grupo y que señala que la misma podría reducirse para atender labores de investigación “o comisiones académicas diversas”.