Raúl López Téllez
La tarde de este miércoles la directora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Campus Morelia de la UNAM, Tamara Martínez Ruiz, emitió un mensaje que señala que está a la espera de las asambleas de Morras y de la Resistencia Disidente para iniciar mesas de trabajo; ambos colectivos mantienen la toma de instalaciones desde el 19 de noviembre, con un pliego de demandas que incluyen sancionar a acosadores y ante el que consideran han sido “retóricas” las propuestas de la autoridad y por ello no han levantado el paro.
Desde el pasado lunes, Martínez Ruiz exhortó a las asambleas a fijar una postura ante el último comunicado de la dirección de la ENES, con fecha 28 de noviembre. Cabe señalar que desde el inicio del paro, no existe una mesa formal de negociación y la comunicación sólo existe en los muros de Facebook de ambas partes, actitud que incluso ha sido criticada por miembros de la UNAM como falla institucional en la comunicación sobre el conflicto que ha paralizado actividades en las 13 licenciaturas que ofrece la Escuela, aunque las siete unidades administrativas y académicas restantes que se mantienen en el Campus operan de manera normal.
Sobre los últimos comunicados de Martínez, las asambleas los han considerado sin propuestas factibles, con la única coincidencia entre ambas partes de integrar una Comisión Conjunta y establecer mesas de trabajo, que es el paso que plantea Martínez inicie para que se levante el paro, pero los colectivos se niegan al aducir que hasta que se cumplan la totalidad de sus demandas se levantará la movilización.
Las peticiones de los colectivos incluyen la revisión del Protocolo de Alerta ante Violencia de Género, aplicar medidas contra tres presuntos acosadores, establecer una evaluación docente, crear una comisión conjunta y con mesas de trabajo que incluyan cursos sobre género, respetar los espacios como los baños sin género y las intervenciones realizadas en el espacio durante la toma de las instalaciones.
En su respuesta con fecha 28 de noviembre, Tamara Martínez plantea las propuestas respectivas, en su mayoría reiterativas como reconocer las limitaciones del Protocolo, ofrecer disculpas públicas por agravios considerados por integrantes de las asambleas, no sancionar a los participantes en el movimiento, iniciar regularización y evaluaciones una semana después de que se entreguen las instalaciones. La funcionaria mantiene sus reservas en cuanto a que los temas de las mesas de trabajo y los instrumentos de una evaluación docente deberán ser aprobados por el Consejo Técnico como máxima instancia de la institución; el que se genere una “reflexión colectiva” en torno a las intervenciones en lugar de un compromiso por mantenerlas o sujetarse a los lineamientos del Protocolo general de la UNAM por violencia de género, al señalar que las inconformidades con el mismo se deben encauzar a las vías de impugnación que contempla el mismo.