Raúl López Téllez
Satanizada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, CNTE, la Reforma Educativa que infructuosamente trató de implementar Enrique Peña Nieto, tuvo en Michoacán varios de sus más severos descalabros al concitar la gruesa oposición del denominado magisterio democrático.
Cabe señalar que las baterías de la CNTE en contra de la Reforma se centraron en la evaluación docente que planteaba la misma como la única vía para acceder y permanecer en el servicio profesional docente.
Con esta mira y con una oposición creciente de maestros del estado, de Guerrero, de Chiapas y Oaxaca, la evaluación sufrió serios reveses ya que ninguna de sus fases pudo ser aplicada.
Igual pasó con el intento de establecer un censo que estableciera a nivel nacional la población docente, mismo que corrió igual destino que la evaluación no se pudo aplicar.
No obstante los mensajes en contrario del gobernador Silvano Aureoles Conejo y su secretario de Educación, Alberto Frutis Solis, que a toda costa intentaban dar un discurso de logro de objetivos ante la creciente oposición magisterial, las primeras acciones de la federación contra los docentes no se hizo esperar, desde descuentos en pago de nóminas o bien percepciones irregulares, a destiempo e incompletas al igual que los primeros ceses de maestros por oponerse a la Reforma peñista, alimentaron la inconformidad magisterial.
Aunque la misma CNTE reconoce que en Michoacán no de aplicaron suspensiones de maestros, a nivel nacional un total de 600 cesados confirmó la veracidad de la respuesta oficial ante los impugnadores de la Reforma, en una dinámica que se mantuvo por parte de la CNTE en su contra durante todo el sexenio de Enrique Peña Nieto.
El inicio de las campañas para renovar la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión, alimentó la expectativa de que la inconformidad social en contra del PRI llevará al poder al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, quien recogió por igual las aspiraciones de los mentores.
En mayo de este 2019, se concretó la derogación de la Reforma Educativa, punto a partir del cual y bajo otras condiciones ante el poder político, la CNTE negoció las leyes secundarias a la reforma al artículo tercero constitucional, lo que en definitiva echó al olvido un intento por reestructurar las bases de la educación pública en México.
De estas secuelas, hoy la CNTE negocia de cerca con López Obrador, en una influencia notoriamente mayor a la del mismo Silvano Aureoles Conejo, al grado de que la liberación de recursos es conocida primero por el referente magisterial que por el mismo gobierno estatal.
Otro ejemplo de su influencia, es la incorporación de egresados normalistas al servicio docente, también bajo acuerdo con la Cuarta Transformación.