Raúl López Téllez
“Vamos a La Chingada”, es el lema que porta la camiseta de los ex braceros que este viernes llegaron a la capital michoacana en su caravana hacia Tapachula, Chiapas, hasta el rancho del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Ventura Gutiérrez, el veterano dirigente de BraceroProa, la organización que reclama al gobierno mexicano los fondos del programa conjunto entre México y los Estados Unidos, señala que hay esperanza en que el actual gobierno federal retome el proyecto de indemnizar a los cientos de trabajadores agrícolas o a sus familiares que laboraron en los campos estadounidenses desde 1942 y hasta los años 60 del siglo pasado.
“Ya estuvo bueno, casi después de 70 años, buscamos que esto ya se acabe”, dice. Con Peña Nieto, con quien se trabó el esquema de pagos, “no se resolvió la problemática, no destinó un solo peso”. Trasladarse hasta La Chingada, el rancho del presidente, es una manera de presionar a la burocracia del actual gobierno federal, “para que se dé solución a los problemas de los vivos”, plantea a un lado de la efigie de Melchor Ocampo, en pleno Centro Histórico de Morelia.
En el Programa Bracero, recuerda, sólo alrededor de un 8 por ciento de los 2.5 millones contratados de los años 1942 a 1964, “se han arrimado en los últimos 20 años a las mesas o a un programa”. De Michoacán, calcula que son 35 mil, de un 5 por ciento de los migrantes inscritos en ese esquema, los que han buscado la indemnización.
De esos 35 mil, afirma, se les ha pagado a 20 o 25 mil, “pero existen entre 5 o 6 mil que entregaron su mica o contrato en el 2006 o en el 2009, y no les han pagado”.
A nivel nacional, afirma que mueren a diario entre 16 o 17 ex braceros. “La mayoría ya no son ex braceros, incluye viudas y en muchos casos hasta hijos, por eso declaramos desde el día 27 que salimos de Mexicali, el 29 en Culiacán, el 30 en Guadalajara y hoy aquí, en una movilización simbólica hasta llegar el 7 de febrero al rancho del presidente, que cada mes mueren 43 y por qué no se le da la cobertura a esta lucha y sí a los 43, ¿si me explico?”, cuestiona al referirse a la trascendencia mundial de los normalistas de Ayotzinapa detenidos en Iguala, Guerrero, y desparecidos hasta la fecha.
Respecto a qué tanta voluntad percibirían en este gobierno, que incluso los está haciendo caminar hasta allá, Ventura da cuenta de ofrecimientos de López Obrador desde que era un candidato considerado “peligro para México y muy pocos se querían arrimar a él, nos reunimos cara a cara en Los Mochis, Sinaloa, y hizo el compromiso de resolver este caso si llegaba a la presidencia; en enero de 2017, conmigo en su camioneta, en Escuinapa y en El Rosario, Sinaloa, el 24 de noviembre, en Puruándiro, Michoacán, se comprometió de nuevo en junio, ya como candidato y en septiembre, cuando hizo su recorrido de agradecimiento en Mexicali”.
En lo personal, dice, “cada quien llega a su propia conclusión, pero yo considero que fue un compromiso serio, pero todos hemos visto que en el primer año, para empezar a sentar las bases para una posible Cuarta Transformación, que no es cualquier cosa, se ha tenido que dedicar a lo grande, a lo pesado, seguridad, la economía y lo demás”, aunque afirma que no se ha avanzado porque muchos de los funcionarios de AMLO “tienen asuntos personales o de sus grupos”, por eso dice, “quedamos al margen, se tiene que presionar a la burocracia de este nuevo gobierno para que se le de prioridad a los problemas de los vivos primero, ¿si me explico?”.
