Por Patricia Padrón
Ante la presencia del COVID-19 en el país con 51 casos positivos hasta este lunes 16, en Michoacán se determinó la cancelación y reprogramación de eventos masivos y la suspensión de clases a partir de este martes 17 como parte de una serie de acciones estratégicas que buscan reducir al máximo el riesgo de contagio entre la población por decisión del Gobernador Silvano Aureoles Conejo.
Ponderando el bienestar colectivo, el mandatario determinó 14 acciones de beneficio social, que podrían tener un costo político y económico, pero necesarias en pro de la salud y la vida.
Aquí una reflexión, el primer brote en Italia –con una población de 60 millones de habitantes—, fue de 20 casos, siendo omisos en la implementación de medidas de prevención contra riesgos de infección por el coronavirus, resultando que tres semanas después registraran mas de mil 500 defunciones, mostrando con esto, lo que puede ocurrir si se toma la contingencia a la ligera, como ocurrió en el Vive Latino al que la propia jefa de gobierno emanada de Morena, Claudia Sheinbaum invitó a la población y donde 26 personas fueron detectados con fiebre.
Con esto quiero decir que las medidas en Michoacán llegan en la coyuntura precisa para evitar la propagación de esta pandemia, donde las y los michoacanos son el factor toral para lograrlo, adoptando y aplicando las recomendaciones emitidas por las autoridades sanitarias que se encuentran en operación permanente, con el objetivo de atender los casos sospechosos, que hasta el momento se registran 10 que resultaron negativos.
Ojalá a nivel Federal hubiesen determinado algo similar desde el momento que Estados Unidos cerró sus fronteras, ahora, quienes quieran ir al país del norte, deberán permanecer 14 días en México, es decir, el suelo nacional será el filtro, dejando de lado la seguridad de los mexicanos que deberá fortalecerse con besos y abrazos, por decreto del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
