Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Sí, menos un 40% de la población michoacana está en alta vulnerabilidad ante el COVID-19.
Lo dicen las cifras y estudios de las instituciones más serias del mundo. En últimas horas tanto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como la Organización Panamericana de la Salud alertaron que los altos índices de diabetes y obesidad ponen a México en situación de amplia desventaja frente a la epidemia por el nuevo coronavirus. Prueba de ello, indicaron, es que cuatro de los cinco pacientes mexicanos fallecidos por COVID-19 tenían la primera enfermedad.
¿Y en Michoacán? Para un estado que oficialmente es el quinto con más personas con sobrepeso y obesidad, la realidad podría llegar a ser alarmante.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “parece que las personas mayores y las que padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras”.
En tanto, la Secretaría de Salud federal estableció ocho parámetros que implican un mayor riesgo ante el actual coronavirus: adultos mayores; diabéticos; obesos; mujeres embarazadas; enfermos del corazón; hipertensos; personas con VIH; personas con cáncer y personas inmunosuprimidas.
Metapolítica recurrió a los últimos índices oficiales de salud y población para trazar el mapa de riesgo por coronavirus en Michoacán. Las cifras corresponden a los tres primeros parámetros citados anteriormente.
Los resultados no son alentadores.
LAS CIFRAS
En Michoacán, según la última Encuesta Nacional de salud y Nutrición ENSANUT (del 2018), existe un porcentaje oficial de 37.4 de población víctima de obesidad. Junto a ellos hay un 42.2 % de índice de sobrepeso, que sin embargo, a diferencia de la obesidad, hasta el momento las autoridades de salud no han relacionado directamente con un riesgo mayor.
Diversos informes confirman la relación tóxica entre obesidad y bajas defensas. Según un estudio levantado esta última semana en Inglaterra por el Centro Nacional de Auditoría e Investigación de Cuidados Intensivos, casi dos tercios de los pacientes que se enferman gravemente por COVID-19 en ese país son obesos.
La razón es simple: el sistema inmune de una persona obesa está más debilitado que el de quien tiene un peso saludable.
Las personas con obesidad tienen alteraciones del sistema inmune que implican disminución de la producción de citoquinas, función alterada de glóbulos blancos del sistema de defensa, disminución de las llamadas células asesinas que detectan y atacan una célula invadida por un virus, y función disminuida de macrófagos encargados de degradar bacterias o virus, entre otras desventajas.
En cuanto a la diabetes mellitus, la situación en la entidad también es preocupante.
Según ENSANUT, “a prevalencia de diabetes por diagnóstico médico previo en adultos en Michoacán fue de 9.9%, siendo mayor en mujeres (11.8%) que en hombres (7.8%), y mayor a la reportada en la ENSANUT 2012”. El estudio agrega que “se observó un incremento de la prevalencia de diabetes conforme aumenta la edad, siendo el grupo de 60 y más años el de la mayor prevalencia en los hombres y en las mujeres”.
Es decir, muchos diabéticos en Michoacán están en una doble condición de riesgo: por ser diabéticos y por ser adultos mayores.
“En México la previsión oficial de personas que se enfermarán es de 6%”, afirmó el pasado 26 de marzo el representante Cristian Morales al Centro de Información de las Naciones Unidas en México. “Pero podría ser un poco más, porque México tiene una altísima tasa de diabetes Mellitus tipo 2”.
Los especialistas coinciden en que las personas con diabetes tienen más probabilidades de experimentar síntomas y complicaciones graves cuando se infectan con un virus. Básicamente, el virus puede prosperar en el entorno de las variaciones de glucosa en la sangre, que además está ligado a una baja en las defensas del sistema inmunológico.
Lo anterior es especialmente patente para aquellas personas que no llevan un adecuado control de los niveles de azúcar en la sangre.
Las recomendaciones del portal canaldiabetes.com son tener documentada la diabetes, de manera que ante una emergencia por coronavirus los documentos estén a mano; calcular para al menos un mes los medicamentos necesarios como insulina; y mantener instrucciones escritas sobre cómo resolver una hiperglucemia o una hipoglucemia.
OTROS FACTORES DE RIESGO
Pero las afectaciones no solo llegarían a diabéticos y personas con obesidad. Otros grupos de también presentan una mayor tasa de vulnerabilidad en la entidad. El mismo Cristián Morales cita otros factores de riesgo como “hipertensión, problemas respiratorios y varios cánceres; esa es la población que está más a riesgo, y a quienes esta enfermedad golpea primero”.
En tanto, el cardiólogo argentino Fernando Botto explica que “males como el COVID-19 son cuadros con alta fiebre, por encima de los 38°C o inclusive 39 grados. Durante un episodio de fiebre tan intenso aumenta la frecuencia cardíaca y estamos taquicárdicos; un organismo muy sano puede tolerarlo normalmente, pero personas que tienen problemas cardíacos pueden sufrir descompensación”.
En síntesis, es altamente probable que un cuerpo no preparado sufra aectaciones wue podrían derivar en problemas aún más graves.
Y en Michoacán no estamos preparados. La prevalencia de hipertensión arterial en el estado, según ENSANUT, es de 19.2%. y afecta más a mujeres que a hombres. En cuanto a la hipercolesterolemia, consistente en la presencia de colesterol en sangre por encima de los niveles considerados normales y altamente relacionada con problemas coronarios, el 28.6% de la población presentó un resultado elevado.
Si a todo lo anterior se suma que de acuerdo al censo 2015 del INEGI, en Michoacán habitan al menos 510 mil 695 personas de 60 años y más —correspondiente al 11,13% de la población—, el problema es mayor.
“La única manera de salir airosos de esta pandemia es atender a la población de riesgo, y aplicar medidas de prevención desde antes del COVID-19 escale fases en suelo mexicano. De esta manera el sistema inmunológico estará mejor preparado para evitar los contagios”, afirmó esta semana el especialista en infectología pediátrica Gerardo López Pérez al portal ADN.
Finalmente, existe un nuevo grupo de riesgo: los niños. Según ENSANUT, en 2018 el 31,1 % de la población menor de cinco años presentó infecciones respiratorias agudas. La buena noticia es que los casos han disminuido de forma importante desde el año 2012, y a que la temporada invernal y el frío ya pasaron.
“No nos agobia la presencia de un virus: nos agobia la presencia de elementos que ocasionen que ese virus sea más agresivo en un individuo”, agrega Gerardo López Pérez. “Si tengo una respuesta inmunológica correcta, el virus no me hará nada”.
Ante este panorama estatal, la sugerencia es una e inequívoca: acatar rigurosamente los lineamientos y recomendaciones de la Secretaría de Salud; evitar en lo posible salir a la calle, y especialmente, dedicar el cuidado y la conciencia necesarias a todos aquellos que forman parte de la población de riesgo.
Recomendaciones de la Secretaría de Salud ante el coronavirus:
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o utilizar soluciones a base de alcohol gel al 70%.
- No fumar.
- Al toser o estornudar, utilizar el estornudo de etiqueta, que consiste en cubrirse la nariz y boca con un pañuelo desechable o con el ángulo interno del brazo.
- No escupir. Si es necesario hacerlo, utilizar un pañuelo desechable, meterlo en una bolsa de plástico, anudarla y tirarla a la basura; después lavarse las manos.
- No tocarse la cara con las manos sucias, sobre todo nariz, boca y ojos.
- Limpiar y desinfectar superficies y objetos de uso común en casas, oficinas, sitios cerrados, transporte, centros de reunión, etc., ventilar y permitir la entrada de luz solar.
- Quedarse en casa cuando se tienen enfermedades respiratorias y acudir al médico si se presenta alguno de los síntomas (fiebre mayor a 38° C, dolor de cabeza, dolor de garganta, escurrimiento nasal, etc.).
- Evitar en lo posible contacto con personas que tengan enfermedades respiratorias.
