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Morelia, Michoacán.- El Barcelona anuncia una rebaja de 70% en los salarios. La poderosa Juventus se plantea seriamente dejar ir a su máxima estrella Cristiano Ronaldo. El Bayern Münich en Alemania y el Tottenham en Inglaterra analizan un recorte sideral de gastos de plantilla, administrativos y de gestión.
El MSK Zilina, uno de los clubes más importantes del fútbol eslovaco y cuyos jugadores no aceptaron una rebaja en sus salarios, simplemente quebró.
El COVID-19 ya comienza a permear en el fútbol. ¿Se acerca el fin de la burbuja financiera que durante años disfrutaron jugadores, entrenadores, directivos, accionistas y la propia FIFA? Muchos creen que sí.
En otras palabras: por primera vez en muchos años, acaso en su historia, el futbol parece al borde de la quiebra.
“El fútbol va a tener que cambiar, la crisis es muy grande. La economía de los clubes pasa a ser muy difícil de sostener”, afirmó, haciéndose eco de muchos que piensan lo mismo, el ex jugador argentino Claudio “Chiqui” Tapia el último fin de semana. Es que en Argentina, como en el resto de América Latina, saben bien que cualquier problema en Europa salpicará inevitablemente a este lado del Atlántico.
“Por ahora no entraríamos en quiebra. Pero no sabemos qué pasará en junio si siguen las pérdidas”.
La frase no es de ningún club de barrio, sino —nada menos— que de Josep Maria Bartomeu, presidente de Barcelona. Aunque también hay que decir que en últimas horas, sin embargo, el propio club descartó la posibilidad de una crisis mayor.
EN MÉXICO
Hace pocos días el Grupo Orlegi, propietario de Santos Laguna, Atlas y Tampico-Madero, anunció una reducción de los salarios de sus jugadores. Pronto Pumas, Pachuca y León, entre otros, se unieron a la medida. Y se espera que con el correr de los días más equipos se sumen.
Los directivos también anunciaron que una vez repuesto el espectáculo, los sueldos volverían a su nivel normal.
Pero la pregunta es evidente. ¿Cuántos meses resistiría la industria futbolera sin ingresos?
“El dinero que se recaba por el concepto de taquillas y esquilmos significa entre el 20 y el 35% de los ingresos totales de cada institución. Hay cuadros como Tigres y Rayados que ingresan al año casi 400 millones de pesos por taquillas, mientras que hay equipos como Santos, Xolos y León que rondan los 150 millones de pesos. También hay otro grupo que no llega ni a los 100 millones por temporada y que por ende dependen mucho más de los derechos de televisión y de los patrocinios” dijo esta semana el periodista David Medrano al diario Récord.
“Ese entre 20 y 35% de acuerdo a cada club es lo que no están recibiendo los equipos mexicanos durante este receso, y que han llevado a los dirigentes a buscar esquemas de pago en el cual se difieran algunos compromisos para cuando se reanude la competencia” agregó el profesional.
Sin embargo, en México la dinámica de los flujos de dinero aliviana en parte la carga para los equipos. La razón: los dineros de cada temporada generalmente se reciben a inicios de año.
“Los clubes perciben desde el inicio de temporada los contratos por patrocinio y derechos de transmisión… Si no se está llevando la liga, ni los jugadores ni ningún otro estamento debiera dejar de percibir su pago”, señaló el presidente de la Asociación de Abogados del Deporte, Ricardo Galicia, al periódico La Silla Rota.
Pero aun cuando el negocio en parte está cubierto, los especialistas en deporte llaman a no bajar la guardia.
“De entrada, sí hay un riesgo desde ya” afirma el periodista deportivo Marco Malvido, director del portal local Ecos del Quinceo. “Por concepto de venta de boletos y venta de insumos en el estadio, cada equipo en promedio percibe el 30% de ingresos de su porcentaje total de ingresos. Es muy importante que vuelvan pronto los partidos y la gente en los estadios, para que esta merma no se empiece a reflejar ya en ajustes profundos dentro de cada equipo”.
El experto agrega que las categorías inferiores ya no concluirán sus torneos porque no habrá fondos para costear viajes o concentraciones.
“Para no perder más, los dueños tendrán que buscar una fórmula para empezar a programar los partidos, aunque sea a puerta cerrada. De otra manera vendrán problemas aún mayores por derechos televisivos y empresas patrocinadoras”.
Como ocurre hoy en casi todo el mundo, lo único que queda es esperar.
EL RESCATE
Por lo pronto, ya hay señales para paliar la crisis.
“Si un club cae en cese de pagos la sanción habitual de 9 puntos no será aplicada”, explican en la Bundesliga. En tanto, desde la FIFA ya se piensa en una suerte de “Plan Marshall” (así se llamó el apoyo que en 1948 dio Estados Unidos a la Europa destruida tras la Segunda Guerra Mundial) para no dejar caer el negocio. Las tratativas iniciarán esta semana, y algunos portavoces de la FIFA señalan que dada la histórica holgura económica del organismo, es la hora de devolver la mano.
¿Cómo? Aún no se sabe.
En tanto, los cálculos más conservadores estiman que solo durante los meses de la crisis la FIFA perdería hasta 2.700 millones de dólares.
“Apostaría todo a que cuando finalmente regresemos con el fútbol profesional organizado y competitivo delante de las multitudes, mucho habrá cambiado” aseguró esta semana al portal ESPN el especialista en historia del deporte Graham Hunter. No se tratará de más o menos quiebras, sino de redimensionar el factor humano en un negocio cada vez más competitivo y ultratecnologizado. “Cuando empecemos a jugar, cuando la vida empiece a volver a la normalidad, ¿entonces qué?”
Hoy la incertidumbre es el factor principal. Solo una vez acabada la contingencia que mantiene al mundo en vilo se podrá saber si el futbol —como seguramente ocurrirá con nuestras propias vidas— descubre una nueva forma de convivir con el mundo.
Por lo pronto, la consigna parece ser una e inmutable: adaptarse, apretarse el cinturón, o morir.
Con información de Metapolítica, emol, La Nación, ESPN, La Silla Rota y Récord
