Por Erydani Próspero, Valencia/España
Era el 1º de enero de 2020 a las 00:00 horas. Estábamos en el apartamento que alquilaban Camilo y Stephanie, dos amigos panameños del máster. También habían llegado nuestra amiga Cindy, colombiana, y Gabriela, mexicana. Compartíamos cantidades exageradas de comida, postres, vino, juegos y risas. Ya íbamos por la doceava uva. Entre deseos, propósitos, esperanza y el gozo de comenzar un nuevo año, bailábamos y cantábamos “El año viejo”.
Hoy despedí el cuarto mes del año desde casa. Comencé el quinto despidiéndome de mis amigos panameños a través de las pantallas. El gobierno de Panamá anunció que para el 10 de mayo estará disponible un vuelo humanitario para repatriar a los panameños desde España.
—Me duele no haberlas abrazado más fuerte —escribió Stephanie en nuestro grupo de WhatsApp.
Sé que solo me queda agradecer. Por lo que fueron todas esas historias y amistades, por lo que quizá aún podrá ser. Incluso con las incomodidades que vivimos, estamos entre los afortunados que no han tenido que poner un pie en un hospital, o que no han sufrido alguna pérdida. Y eso, en estos tiempos, lo es todo.
Y sin embargo, la nostalgia sigue ahí. Me invade cuando pienso en ese grupo de amistades que formamos en tan poco tiempo. Compartimos experiencias durante apenas seis meses, pero que fueron suficientes para construir vínculos de confianza, amistad y solidaridad. Fuimos una familia.
No puedo hacer nada al respecto. La nueva normalidad: miles de vidas se separan para reencontrarse más adelante.
O tal vez nunca.
* * *
Las cosas empiezan a mejorar en España. Ya fueron anunciadas las 4 fases de la desescalada. Por ahora estamos en Fase 0, que significa que podemos hacer deporte individual de 6:00 a 10:00 am o de 20:00 a 23:00 pm. Algunos locales comenzarán a abrir y se podrá asistir bajo cita previa. Si las cosas salen bien en dos semanas empezará la Fase 1, que incluiría la apertura de más negocios y de un 30% de las terrazas.
Pero no me quiero adelantar. Finalmente, el 2020 no deja de recordarnos: “todavía cualquier cosa puede pasar”.
Hay días en los que ya no sé en qué película de ciencia ficción vivimos. En España se habla de que para finales de junio iniciará la “nueva normalidad”. La aerolínea Ryanair anuncia que habrá que esperar a verano de 2022 para volver a la actividad normal. Los bares y restaurantes se preparan para recibir a sus clientes con mamparas que los separen. Los cubrebocas serán la prenda más importante, las salas de cine y de teatros estarán a medio aforo, y los abrazos no tendrán cabida.
Consecuencias del coronavirus: la vida a la que estábamos acostumbrados será la “vieja normalidad”. O al menos hasta que la vacuna sea accesible para todos.
La normalidad que todos queremos se ve lejana. Anhelo con ansias que llegue, y poder decir que solo fue un trago amargo y que ahora todos estamos bien. Mientras tanto, hago lo único que me queda: prepararme para la realidad que representará la Fase 0.
Y el 2020 se prepara para seguir sorprendiéndonos.