Redacción
Morelia, Michoacán.- La pandemia hizo que México diera un vuelco a la derecha. Y el responsable es el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En otras palabras: el coronavirus ha desnudado al mandatario como un conservador.
Es la visión del New York Times, el periódico para muchos más influyente del mundo. La nota fue publicada la semana pasada y está firmada por Viri Ríos, analista política mexicana y doctora en Gobierno por la Universidad de Harvard.
“Durante su primer año de gobierno, Andrés Manuel López Obrador fue un presidente de izquierda y por ello molestó a muchos. Su gobierno aumentó el salario mínimo al nivel más alto visto en casi tres décadas, los ingresos laborales de la clase media subieron un 6,4 por ciento y veló por la aprobación de un tratado de libre comercio con Estados Unidos que protegió derechos laborales”, inicia la autora.
Sin embargo, “la pandemia le dio un giro a esta agenda”.
“A diferencia de políticas progresistas aplicadas en otras partes del mundo que amplían el gasto público para proteger a los desempleados y a las personas en pobreza, en México, López Obrador se mantuvo apegado a un estricto orden económico conservador. Ha mantenido el gasto público a niveles menores que los de 2018 con una austeridad de hierro y ha evitado aumentar la deuda pública lo más posible”.
La autora exhibe la paradoja que el presidente llegó al poder con un discurso completamente apegado a la izquierda, pero una vez en el poder, y en un momento en que más se necesita de un estado protector, aplica medidas de la derecha.
“En tan solos unos meses, México se ha convertido en un país de dos bandos: el conservador en el poder y el conservador en la oposición. Y, en medio de estas “dos alternativas”, ha quedado huérfano un sector importante de los votantes”.
Y señala las falacias a la hora de ostentarse como no conservador: la timidez a la hora de instaurar programas sociales de verdadero apoyo a grupos poblacionales urbanos, y el apoyo indirecto hacia los ricos al no apuntalar competitivamente a los sectores mas pobres.
“Sin ayuda para los pobres, los más ricos terminarán comparativamente en mejores circunstancias que los vulnerables pues se apoyarán de sus ahorros. La desigualdad se ensanchará”, dice la autora sobre este último punto.
Finalmente, afirma que la solución no pasa porque AMLO recapacite, sigo sencillamente por reemplazarlo —en su momento— por nuevas generaciones políticas.
“La forma tradicional de hacer política no ha podido consolidar una opción de izquierda progresista con políticas que extiendan las clases medias, amplíen los servicios públicos, supongan una agenda medioambiental sólida y propongan soluciones concretas a problemas de discriminación por género o color de piel. Urgen voces nuevas, organizadas y listas para tomar la arena política”.
