Por H. Hugo Jiménez
A finales de agosto de 2019, después de acudir al informe de la senadora Blanca Piña, el coordinador de Morena en la Cámara Alta, Ricardo Monreal, sostuvo una furtiva y discreta reunión con el Gobernador Silvano Aureoles. Abordaron varios temas, pero el objetivo principal del Senador era impulsar la figura de su protegido Cristóbal Arias a la gubernatura de Michoacán, en ese momento por Morena.
De esa reunión subrepticia surgió la “estrategia” de comunicación de hacer creer entre los michoacanos que era inevitable la designación del oriundo de Churumuco en la candidatura de Morena al Gobierno de Michoacán, por ello se impulsó la figura de las encuestas, y su posicionamiento en los medios orgánicos que se controlan desde Casa de Gobierno. Asimismo, se efectuó un pacto de caballeros, en donde desde el Senado no se generaría oposición a la línea de golpeteo que el Gobernador asumió contra el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Asimismo, se acordó golpear al otro aspirante posicionado a la candidatura de Morena, el alcalde de Morelia, Raúl Morón, tarea que se realizaría desde los subterfugios de las áreas de Comunicación Social del estado, a través de medios de comunicación pantalla, y con la creación de páginas de Facebook apócrifas.
El guión pactado en aquel cónclave Monreal-Silvano se cumplió al pie de la letra y Cristóbal mandó publicar encuestas en muchos medios, con cabezas irrisorias, verbigracia “Imparable Cristóbal en las encuestas”, sin embargo, esta táctica, de corte priísta-perredista no sentó del todo bien en las bases de Morena y de apoyo de AMLO en Michoacán. Toda vez que, más allá de la presunta unanimidad en las encuestas, Arias Solís jamás se acercó a las bases, y en todo momento ninguneo al Partido, asimismo, cada vez se hacía más improbable que cumpliera su promesa de estar repartiendo candidaturas, toda vez que el método electivo de Morena dista mucho de las prácticas centralistas del perredismo que aun destila Cristóbal Arias.
Asimismo, comenzó a permear entre las bases de Morena y de sus aliados del PT el acuerdo al que llegaron Silvano con Monreal, a tal grado que ya era del conocimiento de todos de las constantes visitas de Arias Solís a Casa de Gobierno.
Dicho distanciamiento, que se acentuó más con los meses que van de la Pandemia, en la cual Arias Solís optó por encerrarse a piedra y lodo en su casa en Morelia, y optó por mandar a operadores poco convincentes al interior del estado.
Por otro lado, la otra foto, en Palacio Nacional se ha dejado ver más la figura del alcalde de Morelia, Raúl Morón, en los pasillos, en la gestión de recursos extraordinarios y en los encuentros con figuras de primera línea del Gobierno Federal. El resultado: la gestión de 300 millones de pesos extraordinarios que se transformaron en varias obras de impacto social como la plaza de Sta. María, en la Plaza de la Colonia Trincheras, en los dos nuevos centros de Bienestar y la obra de la Ave. Madero.
Asimismo, la cercanía de Raúl Morón en la defensa del Presidente de la República en los actuales días de la pandemia, sobre todo en la asonada de varios Gobernadores rebeldes, entre ellos Silvano Aureoles, contrasta con el silencio de Arias Solís, y su evidente distanciamiento con la política dictada desde Palacio Nacional.
El viernes pasado, se efectuó la primera visita de AMLO a Michoacán, después de que se levantara la cuarentena de la pandemia, la cual dejó varios momentos dignos para el análisis en los días subsecuentes.
El primero, fue que el Ejecutivo Federal hizo añicos la controversia constitucional presentada por Silvano Aureoles, al decreto presidencial que permitía que las Fuerzas Armadas participen en tareas de seguridad. El mandatario michoacano no pudo defender su controversia, y acabó cantinfleando las explicaciones ante un AMLO impasible.
La segunda, fue la foto que circuló de la caminata que sostuvieron AMLO y Morón Orozco sobre las baldosas del cuartel militar, platicando de proyectos venideros. Esa imagen de cercanía del ejecutivo federal con el edil moreliano, derrumbó todo efecto posible que hubiesen significado la ingente cantidad de encuestas que Arias Solís mandó a publicar.
El contraste está claro, la metáfora de las cercanías está más que clara, e incluso si hacemos ese ejercicio de metáforas en el campo geográfico, también la lógica se impone, y que está más cerca Churumuco de Carácuaro, y están más cerca Morelia de Palacio Nacional.
—
LAS OPINIONES VERTIDAS POR NUESTROS COLABORADORES SON RESPONSABILIDAD DE ELLOS Y NO REFLEJAN POSTURA EDITORIAL ALGUNA DE ESTE MEDIO