Metapolítica
Morelia, Michoacán.- La salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), anunciada por el presidente Donald Trump y concretada a partir del pasado 6 de julio, dejó a la organización sin al menos una quinta parte de su financiamiento.
Lo peor: este escenario abre más posibilidades de que una pandemia como el COVID-19 afecte a miles de personas en el futuro en todo el mundo.
Es el resultado de dos informes oficiales de la OMS, denominados “Escala de contribuciones para 2018-2019”, publicado el 29 de mayo de 2017, y “Proteger a la humanidad de futuras crisis sanitarias”, del 9 de febrero de 2016.
Según la Escala de contribuciones, Estados Unidos aportó a la OMS el 22% de su presupuesto. Los fondos entregados por Estados Unidos son irremplazables; por ejemplo, se trata de una cantidad más de dos veces mayor al segundo país en la lista, Japón, con un 9%.
Pero la salida de Estados Unidos no solo tiene efectos económicos. También atenta contra el trabajo conjunto que la organización promueve por principio.
“El Grupo está convencido de que no hay nada que pueda sustituir la existencia de un único líder de salud mundial con recursos considerables para determinar y ejecutar las prioridades en materia de salud a nivel de todo el planeta. La OMS debería convertirse en este líder”, dice el documento “Proteger a la humanidad”.
Más aún: en dicho informe la OMS advirtió el peligro de una pandemia como la que hoy azota al mundo, y de la necesidad de trabajar en estrecha unión para paliar sus efectos adversos.
“El Grupo recomienda una serie de medidas para reforzar la estructura sanitaria mundial a fin de abordar mejor la amenaza de las pandemias”, dijo en febrero del 2016. Y alertaba de las complicaciones para realizar su labor.
“El Grupo recomienda una serie de medidas para reforzar la estructura sanitaria mundial a fin de abordar mejor la amenaza de las pandemias”, dijo en febrero del 2016.
“El Grupo observa que, hasta la fecha, la capacidad de respuesta en casos de emergencia de la OMS ha sido deficiente, y los intentos de reforma de la organización han sido en gran medida infructuosos. Si bien gran parte de la responsabilidad de la aplicación de las reformas recae en la secretaría de la OMS, los Estados miembros de esa Organización le han prestado muy escaso apoyo”.
La responsabilidad, asegura el organismo, fue compartida: tanto de la propia OMS como de los estados.
“En 2011, en un informe presentado a la Asamblea Mundial de la Salud sobre la financiación de la OMS en el futuro, la Directora General de la Organización afirmó: la OMS, superada por la cantidad de compromisos contraídos y la excesiva ampliación de su ámbito de actividades, se ve ante la necesidad de emprender una serie de reformas específicas. Sin embargo, las prioridades establecidas en esta esfera no parecen basarse en criterios suficientemente selectivos y carecen de la debida focalización estratégica”.
Y señalaba que “si la OMS no logra realizar estas reformas, la próxima pandemia de gran envergadura causará miles de muertes que podrían haberse prevenido”.
“Si la OMS no logra realizar estas reformas, la próxima pandemia de gran envergadura causará miles de muertes que podrían haberse prevenido”.
Según el periódico La Vanguardia, Donald Trump prefirió restarse del organismo debido a que “las aportaciones estadounidenses han sido en los últimos años diez veces superiores a las de un país como China, a la que la Casa Blanca le atribuye una influencia dentro de la OMS muy por encima de su aportación”.