Por Patricia Padrón
Al COVID-19 se le suma en Michoacán, el dengue, ambos padecimientos ponen en riesgo la salud y vida de la población, siendo el autocuidado el factor clave para lograr disminuir la incidencia de casos y romper la cadena de contagio.
Por años, las autoridades sanitarias entraron casa por casa a limpiar patios y realizar tareas de descacharrización, acciones que eran, son y serán de absoluta responsabilidad de cada familia.
Al retirar a los brigadistas de estas labores, quedó de manifiesto que no existe entre las y los michoacanos la cultura del autocuidado contra el dengue, de ahí, el repunte de casos en la entidad.
No hay fumigación ni abate que alcance, si cada persona no adopta la responsabilidad que le corresponde de mantener su casa limpia, esa no es competencia gubernamental.
Es momento de aprender que, el Gobierno no es responsable de las actitudes propias, sin adoptar medidas sanitarias y preventivas, el riesgo de enfermar aumenta.
Al igual que con el COVID-19, sin el uso de cubrebocas, sana distancia y constante lavado de manos, no hay política pública que alcance para proteger a la población si esta no se auto protege.
El avanzar en la Nueva Convivencia a un 75 por ciento de apertura depende solo de la sociedad, el pasar de color amarillo a amarillo en la semaforización estatal, también es responsabilidad nuestra, no del Gobierno, ojo ahí.