Humberto Urquiza Martínez
Si bien en un mes y una semana arranca el proceso electoral, lo cierto es que ya se están presentando actos vinculados directamente con el mismo, y no me refiero a la propaganda de diversos ciudadanos y políticos, en ambos casos prohibidos por la ley, sino a los actos que debe de realizar el órgano electoral local y federal para organizar los procesos comiciales.
La emisión de la convocatoria para integrar a los órganos desconcentrados del IEM es el ejemplo del arranque material del proceso electoral en Michoacán, a pesar de que todavía no inician formalmente.
A partir del inicio del proceso en septiembre próximo y hasta el 1 de octubre de 2021 fecha en la que toma posesión el próximo Gobernador del Estado, la sociedad michoacana vivirá una lucha por el poder político. Un año y meses será el tiempo que el INE y el IEM tendrán para llevar a cabo los diversos y múltiples procedimientos que la ley regula, y con ello, lograr una legitimidad para las autoridades que gobernarán a partir del segundo semestre de 2021.
Es por ello, que la planeación electoral es una actividad fundamental para lograr alcanzar los objetivos de cada una de las etapas del proceso electoral.
En general, el proceso comicial se puede dividir en tres grandes etapas:
- Preparación de la jornada electoral.
- Jornada Electoral.
- Dictaminación y calificación de las elecciones.
En la primera de esas etapas, existen dos objetivos fundamentales: primera, permitir el ejercicio del derecho activo de ser votado, sea por parte de un partido político o de forma independiente, así como permitir la exposición de las ideas de cada uno de ellos frente a la ciudadanía; segunda, ubicar los lugares donde se instalarán las casillas, encontrar a las personas que serán funcionarios de la misma y capacitarlos. Esta primera parte del proceso durará 9 meses.
En la segunda etapa, la más importante, es el domingo de la elección. En dicha fase, existen, también, dos objetivos centrales: primero, instalar las casillas para recibir los votos de la mayoría de la ciudadanía; segundo, contar los votos en cada una de las casillas (escrutinio y cómputo de cada elección, en este caso, de Gobernador, Diputado local y federal y Ayuntamiento). Este periodo dura no más de 3 días.
La última etapa, consistente en revisar el cumplimiento de los requisitos establecidos por la ley para validar los resultados y determinar quien de los candidatos de cada elección, obtuvo el mayor número de votos en las urnas, con ello, se entregan las constancias a quienes haya ganado y de ser el caso, se revisa la legalidad y constitucionalidad de todos los actos previos a la jornada electoral y del propio domingo de la elección para validar los resultado, cambiarlos o en caso extremo, anularlos para dar pie a una elección extraordinaria. Dicha fase dura 4 meses.
Es así, que la planeación electoral debe de visualizar las mejores estrategias y caminos para llegar a cumplir con esos objetivos y permitir que desde las propias elecciones, se garantice la gobernabilidad en Michoacán y la legitimidad de sus autoridades.
Los efectos políticos de las elecciones para fortalecer o debilitar la gobernabilidad pasan por una buena planeación de cada etapa y procedimiento por parte de las autoridades electorales. De ahí la importancia de prever qué hacer y cómo hacerlo en el siguiente año y meses que durará el proceso electoral.