La nueva pugna al interior del principal partido del país, criticada por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene un hecho específico: las divergencias sobre los resultados de la encuesta para determinar al presidente. También un nombre: Porfirio Muñoz Ledo, e histórico intelectual y político cuya biografía parece estar atravesada por la crítica permanente a los mismos grupos de los cuales dice ser parte. Tras los últimos hechos políticos del país, Metapolítica elaboró esta guía para entender mejor el último capítulo de la última crisis de Morena.
Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Morena arde.
Este día el autoproclamado vencedor de la elección a la presidencia del partido, Porfirio Muñoz Ledo, aseguró que mañana lunes tomará posesión del cargo.
“Tomaré la Presidencia de Morena mañana 12 de octubre a las 12:00 hrs. Invito a la militancia a que me acompañe. Nos vemos en Chihuahua 216, Col. Roma Norte, Delegación Cuauhtémoc 06700, Ciudad de México. Confío en su solidaridad. Los espero”, dijo a través de su cuenta de Twitter a las 15:27 horas de hoy.
También argumentó:
“Hace 40 años que lucho por la democracia en México y por las instituciones electorales. Es una historia de convicción y sacrificio que no voy a deshonrar. El dinero millonario pretende apoderarse. Gané las encuestas”.
¿El problema?
Ni otras encuestas, ni el pacto suscrito ante el Instituto Nacional Electoral, ni su rival por la presidencia ni muchos militantes le dan la razón.
Pero hay más: el supuesto interés del propio INE de poner en la cabeza del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador a un crítico abierto al presidente Andrés Manuel López Obrador. Y ello habría sido logrado mediante la contratación de una casa encuestadora fuertemente ligada al salinismo.
Ocurre que la encuestadora BGC, que pertenece a Ulises Beltrán, íntimo amigo y ex funcionario del expresidente Carlos Salinas de Gortari, dio como ganador a Muñoz Ledo.
Las cifras: 25.34% para Muñoz Ledo, 25.29% para Mario Delgado.
Pero las otras dos encuestadoras designadas por el INE, Parametría y Covarrubias, mostraron cifras distintas. Algo que ante el estrecho margen entre los candidatos Muñoz Ledo y Mario Delgado no permitiría nominar claramente a un ganador.
El propio INE aseguró que lo procedente era una nueva encuesta ante lo estrecho del resultado. Algo que Muñoz Ledo parece no dispuesto a aceptar al anunciar su acto del lunes.
Pero no tomó en cuenta que una encuesta no es una elección, y que cualquier encuesta científica admite un margen de error que supera largamente las cuatro décimas con las cuales habría obtenido su victoria.
Mientras tanto, los morenistas dividen aguas entre quienes llaman a Delgado a reconocer la derrota, y los que afirman que no hay nada definido. El presidente nacional interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, solicitó que la UNAM y el IPN auditen a las empresas que realizaron la encuesta. Y el propio López Obrador fue más directo: “mucho pueblo para tan poco dirigente”.
Y su contendor, Mario Delgado, fue igualmente categórico.
¿QUÉ DICE EL ACUERDO ORIGINAL?
Legalmente, Muñoz Ledo no tiene la razón. El sábado el INE aclaró:
“sobre los comentarios del ciudadano Porfirio Muñoz Ledo acerca de los resultados de la encuesta abierta realizada por el INE para la renovación de la dirigencia de Morena, el Instituto aclara que los lineamientos aprobados el 31 de agosto por el Consejo General y que se pueden consultar en http://ine.mx contaron con el visto bueno de las y los participantes que se inscribieron en este proceso”.
Y esos lineamientos dicen:
“al igual que la convocatoria aprobada el 4 de septiembre, se consideraba la posibilidad de un empate por el traslape de intervalos, con lo cual se llevaría a cabo una nueva encuesta para determinar un ganador”.
Al revisar el documento “Lineamientos rectores del proceso de elección de la presidencia y la secretaría general del partido político nacional Morena a través de una encuesta nacional abierta a sus militantes y simpatizantes”, disponible en la página del INE, se observa que el artículo 12 indica:
“Si de la agregación de resultados referida en el artículo anterior se presentara el caso de que los intervalos de los resultados de preferencias de la candidata o candidato que aparezca en primer lugar se “traslapan” con alguna candidata o candidato, y no haya forma de afirmar que alguna candidatura tiene una ventaja significativa sobre la otra, deberá realizarse una nueva encuesta”.
Y agrega que “su ejecución estará a cargo de tres empresas encuestadoras seleccionadas previamente por vía de insaculación, quienes serán responsables de su levantamiento. El listado de candidatas y candidatos cuyos nombres se pondrán a consideración de la ciudadanía entrevistada para ocupar los cargos se limitarán a las candidaturas puntero”.
Y una diferencia de cinco décimas parece estar dentro de ese “no hay forma de afirmar que alguna candidatura tiene una ventaja significativa sobre la otra”.
En este caso, Muñoz Ledo estaría incumpliendo el pacto que él mismo firmó.
¿QUIÉN ES PORFIRIO MUÑOZ LEDO?
Porfirio Muñoz Ledo es considerado en las últimas décadas una leyenda de la izquierda mexicana. Hijo de docentes, es egresado de la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. En su momento, durante su juventud, se codeó en la revista Medio Siglo con intelectuales como Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis y Sergio Pitol.
Pero de esos tiempos, los años 60, viene también su identificación con el viejo PRI.
“Yo quería dedicarme exclusivamente a la academia en ciencias políticas pero cuando llegué había un embajador, un hombre muy bueno, un sabio, Ignacio Morones Prieto, trabajé con él. Llegó a México y lo nombraron director del IMSS, me llamó a ser secretario general del IMSS, ahí puede decirse que tuve mi primer cargo no académico.
“Luis Echeverría me llamó para invitarme a dirigir discursos y posiciones de campaña. Me dijo que era renovar la ideología política de la Revolución”.
Tuvo puestos de relevancia en todos los gobiernos priistas, hasta que en 1988, junto a otros líderes como Cuauhtémoc Cárdenas e Ifigenia Martínez decidieron oponerse a la ruta neoliberal que Miguel de la Madrid adoptaba para el instituto tricolor.
“La ruptura del 88 es el origen de la democracia mexicana, al romperse al partido principal en dos, se crearon dos partidos (…) Tuvimos total respuesta pero no nos dejaron llegar al poder”, ha dicho el mismo Muñoz Ledo.
Laboró durante años con el PRD liderado por Cárdenas, hasta que más de una década después se retiró asegurando que “los dirigentes del partido defraudaron a los mexicanos”.
También trabajó codo a codo con Vicente Fox. Durante el gobierno del panista fue nombrado coordinador de la Comisión de Estudios para la Reforma del Estado, una comisión presidencial para tratar ese tema. Y fue embajador en la Unión Europea, hasta que rompió con Fox (supuestamente por los intentos del presidente de intervenir en la campaña presidencial del 2006) y apoyó públicamente al entonces candidato Andrés Manuel López Obrador.
DE CERCANO A CRÍTICO DE AMLO
El hecho es que Muñoz Ledo ha sido un crítico de todos los movimientos, ideologías, partidos o grupos en los que ha estado: lo hizo con el PRI en los 80, con Cárdenas y el PRD 13 años más tarde, con Fox en la primera década del siglo XX y ahora lo hace con López Obrador.
Algunos de los comentarios más destacados contra AMLO son:
- “Es inmoral e inaceptable el doble rasero entre la frontera norte y sur, por una parte, exigimos que nos abran las puertas y por el otro lado sellamos el paso de los centroamericanos para hacerle un favor a EU”, dijo en junio del 2019.
- En marzo del 2020 criticó el caudillismo presidencial: “es infamante que en esta Cámara sólo se aprueben las reformas constitucionales que envía el Ejecutivo y no las que presentamos los diputados al Congreso de la Unión”.
- En esa misma época rechazó dar más poder al presidente sobre las finanzas del país: “en Morena, sobre el Presupuesto Federal, tomé posición en contra de otorgar facultades unipersonales al Ejecutivo al margen de la Constitución”.
- En abril, luego de que López Obrador bajara salarios y quitara aguinaldos a los funcionarios del Gobierno federal para combatir el coronavirus, indicó que “se trata de una violación a la Ley Federal del Trabajo”.
- En junio de este año aseguró que en Morena había dos grupos: los serviles y los congruentes. “Los primeros eran los que debían irse del partido”, arremetió.
- Y el 21 del mismo mes no dudo en llamar “golpistas” a algunos integrantes de Morena que intentaban revertir la elección se los 4 nuevos consejeros del INE: “Están contra los progresos democráticos, son golpistas, mentalmente son golpistas porque no quieren la democracia, que me perdonen si hay alguno que no esté enterado. Tienen una actitud golpista y lo han hecho, algunos de ellos, en varias ocasiones. Les interesa utilizar el poder, dicen que como tenemos mayoría, podemos hacer lo que queramos. Estoy en contra de eso”.
Son solo algunos ejemplos.
El hecho es que Muñoz Ledo ha sido un crítico de todos los movimientos, ideologías, partidos o grupos en los que ha estado: lo hizo con el PRI en los 80, con Cárdenas y el PRD 13 años más tarde, con Fox en la primera década del siglo XX y ahora lo hace con López Obrador.
Para sus adherentes, se trata solo de legítima discrepancias que se hacen graves en un país en el cual durante décadas los políticos siguieron a rajatabla las instrucciones del presidente de turno. Para sus críticos lópezobradoristas, de un boicot permanente al proceso más importante de México en las últimas décadas.
Mientras tanto, sabedor del peso específico que tiene en la política mexicana tras una trayectoria de varias décadas, Muñoz Ledo no tiene problemas en tratar de hacer prevalecer sus posturas.
Aunque ello implique desquiciar al principal soporte del mismo presidente que dice pretender una nueva transformación estructural de México.