Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Primero fueron los ventiladores mecánicos que permitían a muchos seguir con vida. Luego las propias dosis de medicamentos —aun no resueltos— contra la enfermedad. Y los congeladores para resguardar esas dosis parecen ser la nueva guerra mundial ante la pandemia.
Como de costumbre, los países hoy llamados en desarrollo —lo que antes se llamó tercer Mundo— serán los perjudicados. El desafío será garantizar una cadena de suministro estable y que implique transporte, refrigeración, almacenamiento y puesta a disposición.
Según reportó este día el medio EFE, “gobiernos y farmacéuticas han comenzado una carrera para procurarse congeladores ultrafríos que permitan el almacenaje y distribución de una posible vacuna contra la COVID-19 y cuya escasez podría hacer inviable la llegada de la inmunización a zonas en desarrollo o remotas”.
Incluso, reportó, esta semana, gobernadores de Estados Unidos enviaron una carta al Presidente del país, Donald Trump para solicitar políticas que aseguren el suministro de los materiales necesarios para garantizar la compra y distribución de millones de dosis de la vacuna contra la COVID-19, que podrían estar disponibles en los próximos meses.
“En la misiva, los funcionarios, encabezados por Andrew Cuomo, Gobernador de Nueva York y presidente de la asociación, recordaban la escasez que hay de hielo seco y congeladores ultrafríos para el almacenamiento de las dosis”, dice la nota.
Y recuerda que, como ejemplo, la vacuna de la farmacéutica Pfizer deberá ser almacenada a temperaturas de -75 grados celsius. Y la de Moderna a 20 grados bajo cero.
“Todo el mundo va a buscar este material. Estamos hablando de congeladores de alta tecnología que no están disponibles fácilmente y que tienen una cadena de suministro muy limitada”, explicó el mes pasado en una entrevista con el Wall Street Journal, Brian Swift, jefe de farmacia de la red de hospitales Jefferson Health.
Una advertencia que ya existía. En septiembre de este año, DHL publicó un informe en el cual alertaba que “los principales retos para la distribución de la vacuna serán el manejo de temperatura y los volúmenes de distribución, por lo que la infraestructura actual podría quedar corta”.
Y señaló que los operadores logísticos requieren entender el proyecto de vacunación de los gobiernos y las zonas que atenderán para definir y ayudar a montar la logística correcta para todos los sitios, lo cual “hasta el momento de esta publicación (septiembre de 2020) no presenta claridad”, tomando en cuenta posibles inversiones especiales de transporte y almacenamiento para atender el suministro.
Al parecer la guerra por el abastecimiento ante el COVID-19 pronto tendrá una nueva batalla.