Por Patricia Padrón
La importancia de la continuidad en la implementación de políticas públicas exitosas, más allá de filias y fobias, recae en el bienestar de la población.
Al recibir un estado convulsionado, en crisis educativa y con un sistema de salud precario, a cinco años de distancia el mejoramiento sustancial en estos dos rubros, al que se le suma una mejor calidad de vida para las y los michoacanos, la presente administración cerrará como uno de los mejores gobiernos en décadas.
De cara a las elecciones del 2021, Carlos Herrera Tello se perfila como la carta idónea para dar seguimiento a lo que se ha hecho bien en Michoacán, mejorar lo perfectible y oxigenar con energía y dinamismo un sistema gubernamental fortalecido, poniendo al ser humano al centro y como eje rector en la importancia de gobernar.
La suma de fuerzas, ideologías y colores a favor de Michoacán, da muestra clara del peligro que corre la entidad si no se logra un consenso, que la unidad será la única que logrará hacer frente a los retos que vienen.
El enfoque estadista al momento de gobernar, es crucial para la toma de decisiones que no precisamente tienen que ser populares, pero si necesarias para el bien colectivo, aún y cuando esto represente un costo político.
Y eso es lo que necesita la entidad, quien la siga conduciendo al progreso y a una mejor calidad de vida, porque mientras unos se destrozan entre ellos “siendo de los mismos”, los multicolores se juntan por el bien de Michoacán.