Metapolítica
Morelia, Michoacán.- “El fiscal de Estados Unidos me dijo: ‘tenemos confianza en las instituciones de México. Sabemos que el presidente de México encabeza una lucha contra la corrupción’”.
Así explicó el canciller Marcelo Ebrard el hecho de que Estados Unidos aceptara retirar los cargos contra el general salvador Cienfuegos para que sea juzgado en México.
Según el Canciller, en la percepción de las autoridades de Estados Unidos también resultó clave la figura del actual Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero.
“Me dijeron: ‘sabemos que la Fiscalía, que es autónoma, tiene al frente a un hombre serio, independiente y respetado’. De otra forma nunca hubiese pasado esto (el envío de Cienfuegos a México)”.
Y destacó la confianza que genera el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la administración de Donald Trump y el Departamento de Justicia.
El elemento decisivo aquí no es ‘qué les dimos’, sino la confianza que hay entre ambos países en las instituciones que tenemos y en quiénes están al frente de esas instituciones”.
Finalmente, descartó un cuerdo de impunidad para proteger al extitular de la defensa nacional.
“No es un acuerdo de impunidad, porque estados Unidos no la aceptaría ni nosotros menos”.
El regreso de Salvador Cienfuegos parece poner un paréntesis a un largo historial de desconfianza de Estados Unidos a México.
Numerosos analistas coinciden en que la suspicacia estadounidense se profundizó en las ultimas décadas tras el asesinato del exagente de la DEA Enrique «Kiki» S. Camarena Salazar, ocurrido en México en 1985, y fue graficado en el último tiempo en la detención y juicio del extitular de la Secretaría de Seguridad Pública Genaro García Luna.
