El Senado acaba de aprobar el uso lúdico de la marihuana, situando a México entre los países con leyes más actualizadas al respecto. Y sin embargo, especialistas de países como Chile y España —ambos ya con regulaciones— y la propia ONU no se suman con completo entusiasmo a la medida. Metapolítica realizó una síntesis de los argumentos en favor y en contra; este es el resultado.
Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Ya es considerado histórico: el Senado aprobó despenalizar y regular el consumo personal lúdico de la marihuana en todo el país en lo general.
Se trata de una decisión que deja a México como uno de los países más liberales del mundo en la materia, y que contempla incluso la eliminación de los antecedentes penales de cualquier mexicano por uso anterior de marihuana.
La medida se funda en la necesidad de combatir al narcotráfico y el respeto a las decisiones individuales. La senadora morenista Jesusa Rodríguez lo resumió de tal manera que muchos medios citaron sus palabras:
“Autonomía personal, regulación responsable, derechos humanos, construcción de paz, justicia social, reactivación del campo, en dos palabras: marihuana legal”.
Otros países que han aprobado el uso de la marihuana —con distintas restricciones— son Alemania, Argentina, Australia, Canadá, Colombia, Chile, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Holanda, Israel, Italia, Luxemburgo, México, Nueva Zelanda, Reino Unido, Sudáfrica, República Checa, Tailandia y Uruguay.
Y sin embargo, el tema siempre es polémico y los argumentos a favor y en contra abundan. En síntesis, las críticas a la medida—básicamente por motivos de salud— son mayores que las aprobaciones.
Metapolítica hizo un recuento basado en la visión de académicos, analistas y de la Organización Mundial de la Salud. Este es el resultado.
El tema siempre es polémico y los argumentos a favor y en contra abundan. En síntesis, las críticas a la medida—básicamente por motivos de salud— son mayores que las aprobaciones.
A LA ONU NO LE GUSTA ESTO
El 5 de marzo del 2019 la ONU publicó en su sitio web oficial:
“Los expertos aseguran que la experiencia adquirida con el consumo de alcohol y tabaco parece indicar que la legalización del cannabis con fines medicinales hace que las personas consideren menos los riesgos de consumirlo, y aumenta la posibilidad de que caiga en las manos de menores”.
Y citó a especialistas externos para alertar sobre su uso lúdico.
“El uso del cannabis con fines no medicinales contraviene los tratados internacionales de fiscalización de drogas y es un riesgo para la salud, advierte un nuevo estudio de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
“En su informe anual, la JIFE analiza la legalización recreativa del cannabis en varios estados de Estados Unidos y en Canadá y concluye que una regulación insuficiente de su uso con fines médicos, ha permitido que la droga se utilice para otros fines.
“La legalización del cannabis con fines recreativos representa no solo una dificultad para la aplicación universal de los tratados sino también un problema muy importante para la salud y el bienestar, en particular para los jóvenes, aseguró Luis Otarola Peñaranda, miembro de la Junta en Perú, durante una entrevista con Noticias ONU”.
La ONU dice: el uso del cannabis con fines no medicinales contraviene los tratados internacionales de fiscalización de drogas y es un riesgo para la salud.
La ONU expuso varias consecuencias nocivas para la salud de los consumidores:
“Otarola explicó que el informe describe una serie de consecuencias del consumo de la marihuana sustentadas en datos de la Organización Mundial de la Salud”.
“La intoxicación, los trastornos de conciencia, los trastornos de percepción, los ataques de pánico, las alucinaciones, la reducción de la capacidad para conducir y el aumento del riesgo de lesiones por accidentes de tránsito se han multiplicado por dos, por ejemplo, en el estado de California, en Estados Unidos. Entonces hay efectos adversos a corto plazo, y hay efectos psicosociales a largo plazo del consumo habitual de cannabis”, dijo.
También señaló que entre los efectos psicosociales a largo plazo del consumo habitual del cannabis, se encuentra, entre otras cosas, la dependencia. “El riesgo es de 1 de cada 10 entre los que lo han consumido alguna vez, 1 de cada 6 en consumidores adolescentes y 1 de cada 3 en consumidores diarios, con resultados más graves y persistentes entre los adolescentes que entre los adultos”.
Y agregó que existe una relación entre el consumo de la sustancia y el riesgo de padecer síntomas psicóticos o esquizofrenia, un mayor riesgo de abandono escolar temprano, trastornos cognitivos, uso ilícito de otras drogas, síntomas depresivos y pensamientos y comportamiento suicidas cuando el cannabis se consume a diario en la adolescencia y la adultez temprana.
Finalmente detalló que otros riesgos fisiológicos a más largo plazo del consumo habitual del cannabis pueden incluir bronquitis crónica e infartos al miocardio, y que el consumo de cannabis que se inicia durante la adolescencia puede dañar el desarrollo cerebral en un momento de gran vulnerabilidad.
ACADÉMICOS CHILENOS TAMBIÉN ALERTAN
En su publicación “Los pro y los contra de la legalización de la marihuana”, un grupo de académicos chilenos de la Universidad Diego Portales también alertaron acerca del uso masivo de marihuana especialmente enrte los jóvenes.
“Ya son varios los países que han aceptado la marihuana como una droga ‘blanda’, diferente a otras más peligrosas. Incluso se le ha atribuido diversas propiedades terapéuticas. Otros sin embargo piensan que su uso debería prohibirse, dadas las interferencias mentales y las alteraciones del comportamiento que produce, ya sea por su consumo esporádico, como también por los daños permanentes a que lleva su consumo crónico”.
El informe agrega que de las distintas apreciaciones “se deduce el grave riesgo de su consumo crónico, especialmente para el adolescente por el significativo incremento de cuadros psicóticos y esquizofrénicos, los cuales pueden llegar a ser permanentes, mientras que su consumo durante el embarazo daña el desarrollo cerebral del feto en forma similar a lo que hace el alcohol en el síndrome fetal alcohólico”.
Y agrega que “investigaciones científicas también señalan que al fumar sus hojas, se va produciendo un daño bronquial, aún más grave que con el tabaco, incluyendo el cáncer pulmonar. En conclusión, el concepto de que la marihuana es una droga ‘blanda’, libre de riesgos para la salud, constituye un grave error, dado la concluyente investigación científica disponible que señala lo contrario”.
El informe agrega que de las distintas apreciaciones “se deduce el grave riesgo de su consumo crónico, especialmente para el adolescente por el significativo incremento de cuadros psicóticos y esquizofrénicos, los cuales pueden llegar a ser permanentes,
El informe alerta específicamente sobre las consecuencias en la salud mental:
“El último informe del National Institute on Drug Abuse de USA, enfatiza que cualquiera sean los daños cerebrales detectados, el consumo crónico de marihuana, siempre está asociado a problemas de la vida diaria. Ellos tienen menos satisfacciones, peores condiciones de vida y de salud, dificultades sociales, mayores índices de deserción, menores niveles educacionales y profesionales, en relación a sus pares”.
Investigaciones científicas también señalan que al fumar sus hojas, se va produciendo un daño bronquial, aún más grave que con el tabaco, incluyendo el cáncer pulmonar.
Y en cuanto a su uso terapéutico, indica que no es necesario legalizarla para obtener sus beneficios.
“Sin duda que productos derivados de la marihuana pueden llegar a ser fármacos muy útiles en la medicina moderna. Para facilitar su desarrollo no se requiere liberalizar su consumo. La industria farmacéutica puede disponer de permisos para su cultivo controlado y de ella aislar y purificar el ingrediente activo para utilizarlo como un producto farmacológico, ya sea en grageas, gotas, inhalación u otras formas que permitan su administración dosificada, como sucede con los muchos otros fármacos derivados de plantas”.
MÁS CIENCIA, MENOS IDEOLOGÍA
Otra aportación es la de los académicos españoles Agustín Madoz-Gúrpide y Enriqueta Ochoa Mangado, que en el 2014 publicaron su informe Legalización del cannabis: argumentos a favor y en contra. Una de sus tesis principales es: muchas veces el análisis del tema es más ideológico que técnico.
El último informe del National Institute on Drug Abuse de USA, enfatiza que cualquiera sean los daños cerebrales detectados, el consumo crónico de marihuana, siempre está asociado a problemas de la vida diaria.
“Ni que decir tiene que éste es un terreno abonado a debates ideológicos más que a planteamientos racionales y análisis críticos. Dicho enfoque, aun respetable, debe ser evitado si realmente se quiere alcanzar un programa de intervención que resulte eficaz”.
Los académicos alertan que en términos jurídicos la prohibición no ayuda a la causa de controlar el consumo:
“En gran medida este debate resurge desde el momento en que los Organismos Internacionales encargados del control y la lucha contra las drogas reconocen que la política aplicada hasta la fecha, basada en planteamientos restrictivos y punitivos, no ha logrado los objetivos planteados, es más, ha agravado incluso determinadas situaciones”.
“Ni que decir tiene que éste es un terreno abonado a debates ideológicos más que a planteamientos racionales y análisis críticos. Dicho enfoque, aun respetable, debe ser evitado si realmente se quiere alcanzar un programa de intervención que resulte eficaz”.
Y desmiente las ventajas tributarias de convertir la industria de la marihuana en algo legal:
“Los partidarios de la legalización señalan que el cannabis es una droga relativamente inocua, no especialmente perjudicial para la salud, quizás menos incluso que el tabaco y alcohol que sí son legales. Entienden por tanto que su liberalización no debería suponer una sobrecarga o más gasto para la Sanidad. Mazzittelli sin embargo señala que en el mejor de los casos no hay datos que permitan asegurar que no vaya a incrementarse el gasto sanitario”.
“Quienes se muestran partidarios de la legalización exponen que su mercado controlado supondría un incremento estatal en la recaudación de impuestos, y unos beneficios económicos para el país. En ningún caso, sostienen quienes se oponen a este planteamiento, sería dinero suficiente para financiar los costes sanitarios”, añade.
La intoxicación, los trastornos de conciencia, los trastornos de percepción, los ataques de pánico, las alucinaciones, la reducción de la capacidad para conducir y el aumento del riesgo de lesiones por accidentes de tránsito se han multiplicado por dos, por ejemplo, en el estado de California.
También refuta el hecho de que sea una droga inocua:
“es cierto que parece la menos lesiva de las drogas de abuso, y que si bien es la más empleada, los datos de prevalencia vida indican que el porcentaje de personas que usan cannabis y que acaban desarrollando una dependencia es relativamente bajo. Pero inicialmente se consideraba que no producía tolerancia ni dependencia, datos que son incorrectos.
“Preocupa además su uso en población joven, especialmente vulnerable, que lo suele consumir en determinadas situaciones sociales, habitualmente junto con otras drogas, por lo que podría considerarse una puerta de entrada, junto el tabaco y el alcohol, hacia sustancias potencialmente más nocivas”.
Y de manera similar a la postura de los académicos chilenos, afirma que utilizarla como base para medicinas sería más eficaz que su consumo directo:
“Se ha probado su valía en enfermedades diversas como el dolor neuromuscular, las náuseas y vómitos asociados a tratamientos quimioterapéuticos, el glaucoma ocular, como paliativo en enfermedades anorexizantes… Estos potenciales beneficios podrían ser aún mayores si se introdujera un mercado legal que permitiera mayor investigación. Hoy por hoy existen otros fármacos que pueden cumplir esas funciones en la mayoría de los casos con al menos igual efectividad”.
El informe español también cuestiona los supuestos beneficios económicos hacia las zonas productoras de cannabis:
“Algunos autores presuponen que la legalización del cannabis mejorará per se la situación económica en los países productores, facilitando el cultivo de una planta (cáñamo)… Quienes se oponen a la legalización indican que harían falta otras medidas más importantes de política agraria, desarrollo rural y de promoción social, a través de programas macro y microsociales, para lograr un desarrollo económico y social de las zonas productoras”.
Se ha probado su valía en enfermedades diversas como el dolor neuromuscular, las náuseas y vómitos asociados a tratamientos quimioterapéuticos, el glaucoma ocular, y como paliativo en enfermedades anorexizantes.
Finalmente, los autores proponen una visión intermedia.
“Entre el prohibicionismo y la postura completamente legalizadora existe una vía intermedia que parece más acorde con la realidad y con los datos objetivos y críticos, que es la posición regularizadora. Una postura prohibicionista está condenada al fracaso…
“La propuesta regularizadora debería basarse en diversas consideraciones. Por un lado, asumir que se trata de un problema mundial y que por tanto debe implicar a la comunidad internacional. Eso supone campañas de apoyo y promoción para los países especialmente afectados por el subdesarrollo y por tanto más vulnerables a la influencia del crimen organizado (políticas macrosociales y microsociales).
Entre el prohibicionismo y la postura completamente legalizadora existe una vía intermedia que parece más acorde con la realidad y con los datos objetivos y críticos, que es la posición regularizadora.
“La lucha contra el crimen organizado debe continuar siendo prioritaria, con medidas y estrategias político jurídicas adecuadas y globales. Por otra parte se debe potenciar la investigación científica que permita desarrollar programas adecuados de salud. Dichos sistemas de salud deben educar adecuadamente a la población (especialmente niños y jóvenes) y ofrecer opciones terapéuticas eficaces”.