Por: Oscar Guerrero / Metapolítica
En un pedazo de cantera quedaron grabados sus nombres, pero no por un mérito, esta vez sus nombres se grabaron en cantera por ser víctimas de feminicidio. Hoy, en la Plaza de la Paz, paradójicamente, no existió paz. No existió paz en los familiares, allegados y conocidos de 15 jóvenes que engrosaron los índices de violencia contra la mujer que imperan en Michoacán.
Fue a eso de las 16:00 horas de este miércoles que la Plaza de la Paz comenzó a ser escenario de performances y diversas actividades culturales de las que se valieron colectivos, grupos culturales, ciudadanos y autoridades, para repudiar la violencia cometida en contra de la mujer.
No existió cabida para diferencias sociales, pues este crimen, el feminicidio, no distingue de clases sociales, mucho menos de etnias, creencias o ideologías, o al menos así lo manifiestan los casos que se reportan a nivel local.
“En las calles y paredes hoy florece la memoria por la paz. Madres, hijas, por ustedes escribimos en la historia: ¡ni una más, nunca más!”, rezó el mensaje grabado en cantera que se montó en la Plaza de la Paz, un espacio ubicado en la zona limítrofe del Centro Histórico que, previo a su rescate, fue escenario de todo tipo de ilícitos, muchos de ellos acompañados de violencia de género.
Al mensaje citado lo acompañaron los nombres de las víctimas: Sathya L.G., Gissela Díaz González, Janette Maya Medina, Alejandra Alcaraz Vélez, Anabel González Cortés, Bertha Moreno Méndez, Gabriela P.A., María del Rosario Márquez Mejía, María Guadalupe del Toro Morales, Jazmín Delgado Benítez, Maricela G.S., María Guadalupe Magaña García, Neyda Solorio Guzmán, María Teresa Reyes y Jessica González Villaseñor.
Una tensa calma fue lo que se vivió esta tarde en la Plaza de la Paz, pues mientras la síndico del Ayuntamiento de Morelia, Labinia Aranda Ortega, manifestaba su descontento hacia la violencia contra la mujer, el llanto de varios presentes, mujeres, en su mayoría, inundaba el ambiente.
“El nombre de mi hija va a estar aquí, ¿a costa de qué?, ¿a costa de qué?; créanme que mi hija no se ha ido, mi hija sigue con nosotros. ¡Y no me voy a cansar de exigir a los tres poderes de gobierno que hagan su trabajo, y que hagan valer la ley, porque el nombre que no se nos debe de olvidar, es el nombre de las personas que hicieron lo que hicieron con mi hija! Así es que créanme, que no voy a parar, y no me voy a cansar de exigir”, fueron las palabras que emanaron de la boca de Verónica Villaseñor Ferreira, madre de Jessica, víctima del caso de feminicidio más sonado en este gris 2020.
Se habla de ser el caso más sonado quizás por la crueldad y complicidad que giró en torno al mismo, quizás por haberse convertido en un foco mediático, quizás por empatar con el informe que estaba por dar el gobernador Silvano Aureoles Conejo, quien, justamente ese día, el día de su informe, reportó que la Fiscalía General del Estado (FGE) había dado con el paradero de Diego, el feminicida de Jessica.
Después de que la madre de Jessica habló, se contagió nostalgia entre los presentes. Las madres de las víctimas revivieron recuerdos. Los funcionarios presentes entendieron en qué problema se encuentra Michoacán. Los periodistas prestaron más atención. Los ajenos se encontraban frente a Palacio de Gobierno, a las afueras de Catedral, rezando en contra de un grupo de mujeres que se manifestó en el corazón de la ciudad, justamente en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La pandemia de tristeza que se vivió hoy no fue para menos. Hoy, tan sólo en Michoacán, de 2013 a 2020, se contabilizan, con base en cifras oficiales, dos mil 51 homicidios en contra de la mujer, lo que posiciona al estado en el lugar número cinco, entre las entidades con mayor número de asesinatos que, en su mayoría, rayan en el feminicidio, aunque no se reconozca así por las autoridades de procuración de justicia locales.
Hoy la Plaza de la Paz tendrá residuos de sangre. Hoy la Plaza de la Paz albergará el nombre de 15 víctimas del número, difícilmente registrable, de feminicidios que se han cometido a lo largo y ancho del estado.