Metapolítica
Ciudad de México.- Más de la mitad de los casos de mexicanos asesinados con armas de fuego en 2019 tuvieron relación con las armas de fuego ingresadas desde Estados Unidos. Es la síntesis de la nota publicada este fin de semana por el diario La Jornada, titulada “Cada año 200 mil armas de fuego ingresan a México”.
Sin embargo, lo más interesante en la nota es que fue avalada por el propio canciller Marcelo Ebrard en su cuneta de twitter.
“Lectura muy recomendable el reportaje que ha hecho La Jornada sobre el tráfico ilícito de armas provenientes de EU a México”, dijo Ebrard. Una señal directa a Estados Unidos y a la nueva administración de Joe Biden, y una versión indesmentible respecto de lo que piensa el gobierno de México sobre el problema.
En su reportaje La Jornada asegura que “los datos son cada vez más aterradores. Del total de armas aseguradas por el Ejército en México durante la década de 2010 a 2020, 70 por ciento fueron fabricadas en territorio del vecino del norte y 30 por ciento en Europa”.
Una señal directa a Estados Unidos y a la nueva administración de Joe Biden, y una versión indesmentible respecto de lo que piensa el gobierno de México sobre el problema.
Y en cuanto a los detalles, indica que “el fusil Barret es utilizado por más de 70 agencias de seguridad en el mundo y es capaz de perforar blindajes de tanques de guerra, aviones militares e incluso derriba helicópteros –con una de esa armas se atacó al secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch–; se fabrica en seis estados del país vecino: Tennessee, Illinois, Nevada, Ohio, Carolina del Sur y Florida”.
Agrega también que “en cuatro estados fronterizos con México existen mil 811 armerías que surten seguramente a buena parte de los cárteles de la droga en México”. Y que según The Washington Post, solo en Houston, Texas, hay 5 mil tiendas donde se pueden comprar armas.
Pero la publicación de Ebrard también generó reacciones adversas entre muchos mexicanos, quienes increpan directamente al canciller peguntándole por qué tras dos años de gobierno aún no se puede detener el flujo de armas desde Estados Unidos a México.
El último gran antecedente del problema que Estados Unidos le generó a México fue el operativo “Rápido y Furioso”, implementado entre 2006 y 2001 por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos.
A través de él se introdujeron a México más de 2 mil armas a México con chip para vender a presuntos criminales y dejarlas pasar hacia la frontera con el objetivo de poderlas rastrear y darles seguimiento. Sin embargo, el rastreo falló y las armas fueron a dar a manos de narcotraficantes.
Lee la nota original de La Jornada aquí
