Por Patricia Padrón
Hay que reconocerle a la sociedad que se esforzó bastante y finalmente, lo logró, oficialmente al Hospital General “Dr. Miguel Silva” no le cabe un solo enfermo más de COVID-19.
La saturación hospitalaria llega justamente el día en que las calles están repletas de gente buscando y comprando juguetes, regalo que poco será si en 15 días se muere un solo padre o madre de familia, un abuelito o abuelita, no hay punto de comparación, pero son las prioridades de la gente.
En lo que va de la epidemia, en Michoacán han muerto 2 mil 741 personas, dejando familias incompletas, con pérdida y dolor, pero bien dicen que mientras los muertos no sean sus muertos, nada importa.
Es irreal que, teniendo toda la información, la sociedad en su conjunto siga tomando malas decisiones arriesgando la vida de todos.
Desde hace semanas se anticipó este escenario y ni aun así bajó la movilidad.
Lo de hoy, es apenas el reflejo de la movilidad por ahí del 20 de diciembre, falta el alza por Navidad, sumando Año Nuevo y próximamente Reyes.
El COVID-19 sin saber contar suma y suma y suma.
Nosotros, las miles de familias restamos pérdidas de seres queridos, en una sociedad dividida que le brinda al virus todas las condiciones propicias para multiplicarse.
Quiero a esta tierra que me adoptó, llevo en mis venas sangre michoacana, por eso me duele en el alma la espiral de irresponsabilidad que estamos viviendo.
Sin quejaderas.