Por Héctor Tapia
Hay dos factores que abonaron para que el Partido del Trabajo incrementara de manera significativa su presencia y peso en la coalición con Morena para Michoacán: 1) crecieron, objetivamente y en términos numéricos, en afiliación a su partido, pero también en posiciones de representación popular de una elección a otra; y, 2) la merma ante el electorado de Morena por sus conflictos internos.
Es cierto, los términos actuales del convenio de coalición entre ambos partidos, que fue avalado ya por el Instituto Electoral de Michoacán (IEM), a partir del documento firmado y respaldado por las dirigencias nacionales, reflejan más espacios para el PT respecto a la elección inmediata anterior.
Este incremento en el PT es visto por algunos morenistas que se dicen puros como un agandalle, pero en términos de negociación el partido del trabajo ha hecho lo propio: ver “áreas de oportunidad” y aprovecharlas.
A partir de esto podríamos establecer que el único responsable de que así sea ha sido Morena, a partir de sus conflictos internos, dado que ello ha impactado en el nivel de aprobación ante el electorado.
Esto no les gusta o no lo reconocen muchos morenistas; muchos estuvieron y están tan ensimismados en la pugna por candidaturas y espacios de poder, que en esas pugnas han mermado a su propio partido, y lo siguen haciendo.
Esta merma, a la hora de la negociación entre ambos partidos, dejó a Morena nacional en una posición débil de ceder espacios para garantizar triunfos, y para ello tuvo que soltar al partido aliado. Así de complejo y simple.
Es entendible el enojo o molestia de muchos de Morena con el PT, porque hay momentos cruciales donde el partido que lidera Reginaldo Sandoval ha sido pragmático y votado y respaldado desde el Congreso del estado iniciativas por demás polémicas impulsadas por el Ejecutivo; por supuesto que esto les ha traído críticas y señalamientos. Pero no dejan de ser un aliado a nivel nacional de Morena, y por ello la decisión estratégica del Comité Ejecutivo Nacional de mantenerlos como aliados electorales.
Cierto, la marca de Morena sigue siendo la que lidera en las elecciones por venir, fundamentalmente para la gubernatura de Michoacán; sin embargo los números se acortan en la medida también de que el bloque opositor que conforman el PRI, PRD y el PAN, va tomando forma, aunque no termine por despegar en este momento, y que también está abriendo sus propios frentes internos de batalla.
Ante esto, las encuestas refieren que Morena necesita del PT para garantizar un triunfo holgado, sin tantas complicaciones por el momento. Esto lo saben ambos partidos. Por eso uno (Morena) cede, y el otro (PT) acepta.
Entonces, bajo este contexto, las presiones de algunos morenistas para “tronar” la coalición con el PT, por muy válidos que pudieran ser algunos de sus argumentos, lo que están haciendo es tensar la relación entre ambos partidos y debilitar más a Morena frente al PT, y éste último, lo ha demostrado, no dudará en aprovechar estas debilidades para “pedir más garantías” en la alianza electoral.
Esta alianza, todo indica, no se modificará. Sin embargo, estas presiones lejos de llevar a una ruptura o modificación a favor de Morena pone las cartas a favor del PT. Es estrategia, nada más. Y así, paradójicamente, quienes buscan que el PT no se beneficie en esta coalición, más lo fortalecen.
