Por Patricia Padrón
Después de semanas y un comportamiento sostenido a la baja, Michoacán pasará a Semáforo Amarillo y se enfila para descender a verde, siempre y cuando la población adopte y aplique de manera permanente las medidas sanitarias determinando y salvaguardando el riesgo individual frente al COVID-19.
En un esfuerzo de todos y tras sacrificar vidas por las fiestas decembrinas, finalmente se atemperó la diseminación del virus, ahora el objetivo es mantener el comportamiento mediante la adaptación y protección para poder avanzar en la reapertura de las actividades, sobre todo al regreso a las aulas.
Las restricciones aplicables a partir de este sábado 27 de febrero buscan la reactivación y apertura de espacios comerciales, pero con orden y medidas que buscan reducir al máximo el riesgo de contagio, sobretodo en espacios cerrados.
Ojalá que todas las vidas perdidas sirvan de lección para, por fin, aplicar las medidas sanitarias con las que nos podemos autoproteger, que el instinto de supervivencia sea más fuerte que todos los pretextos que ponemos para no hacerlo.
Que, con un breve análisis de la estadística, al fin la entendamos que se enferman los jóvenes pero se mueren las abuelitas y los abuelitos, que por eso, ellos son prioridad y los primeros en recibir la vacuna contra el COVID-19.
Actualmente la aplicación de las primeras dosis se lleva a cabo en Villamar, Tingambato, Buenavista, Apatzingán, Parácuaro, Múgica, Huetamo, Áporo y Jacona; a partir de este fin de semana se suma la inmunización en Lázaro Cárdenas y Ciudad Hidalgo.
Vayamos pues juntos al Semáforo Verde, juntos, jalando todos hacia el mismo lado, entendiendo que solo el trebajo en equipo nos permitirá avanzar, y seguros de que en la entidad hay rumbo y mando, que el Gobierno del Estado que encabeza Silvano Aureoles ha hecho, hace y hará lo que haga falta para proteger la vida y la salud de todos, sobre todo de los más vulnerables.