Humberto Urquiza Martínez
Morelia, Michoacán.- A pesar de que todavía no termina el proceso electoral en el que se renovarán la mayor cantidad de cargos en una elección en la historia del sistema electoral moderno, es claro que el futuro de las elecciones debe de pasar por una reforma de fondo.
Las razones no solamente son las coyunturales como el conflicto y asedio que ha tenido el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, o la condición de los institutos electorales locales, si no por diversos detalles de diversa naturaleza.
El sistema electoral en nuestro país se ha regulado teniendo como premisa la desconfianza, principalmente de los propios actores políticos, respecto de las formas y procedimientos que existen para elegir a los gobernantes. Por ello, a partir de la reforma de 2014 con la centralización de las elecciones se han generado diversos escenarios que han perjudicado el desarrollo de los procesos electorales. Entre esos factores encontramos:
- Jurídicos, existe un exceso de normativa en materia electoral que está provocando no solamente una dificultad para conocer todas las normas aplicables, sino que se están produciendo normas opuestas que se invalidan mutuamente, como es el caso del Reglamento de Elecciones que invalida una parte del Código Electoral en cada entidad federativa. Situación que genera incertidumbre respecto de la norma que debe de aplicarse.
- Políticos, los cuales se identifican en diversas vertientes, la primera en que la centralización de los procesos electorales, también centralizó los conflictos de los procesos de cada entidad federativa, ya que ahora el INE y el Tribunal Electoral Federal asumen toda la responsabilidad de la elección, incluso de los cargos locales que deberían de ser una responsabilidad de los órganos electorales estatales. En otra vertiente está la posición en la que se encuentran los órganos electorales locales, tanto administrativos como jurisdiccionales, frente al nuevo modelo electoral, toda vez que se han convertido más que en árbitros con atribuciones concretas, en ejecutores de las decisiones del INE, sin mayor posibilidad de actuación.
- Técnicos operativos, mismos que, quiza, sean los que más cambios requieren en la reforma electoral. Muchos de esos tópicos se deben de replantear, como es el caso de la reelección, en la cual se permite el ejercicio de la función gubernamental a la par de poder hacer campaña, lo que amplia los riesgos en el uso de recursos públicos en campañas. Por otro lado están las encuestas, mismas que han sido utilizadas como herramientas de difusión más que como instrumentos para la toma de decisiones, o bien, el caso de la fiscalización. Está de igual forma, el caso de la representación, esto es, es necesario revisar el modelo mixto que tenemos en México con la mayoría relativa y la representación proprocional, a efecto de lograr que los votos que se emiten esten proporcionalmente representados en los órganos colegiados, o bien, el voto en el exterior, cuyos mecanismos son restrictivos para el ejercicio del voto a distancia. Esos entre otros elementos técnicos, deberán de revisarse en la conformación de un nuevo modelo electoral.
Por todo ello, es necesario que exista una revisión integral del modelo electoral para concretar la efectividad de los principios constitucionales de voto personal, libre, secreto y directo y que las elecciones sean legítimas, auténticas y periódicas.
