Metapolítica
Morelia, Michoacán.- No es el peor, pero sí uno de los de ellos. Michoacán está en la lista de los estados fatales para los candidatos a cargos de elección popular ante los comicios del 6 de junio.
Hasta el momento tres estados encabezan el riesgo: Veracruz, Guanajuato y Guerrero. El primero lleva ocho muertes; los segundos tienen cuatro candidatos asesinados en su territorio.
Siguen Oaxaca con tres candidatos asesinados, y Jalisco, Quintana Roo y Baja California con dos cada una de ellas.
Y los otros nueve homicidios de candidatas y candidatos se distribuyen en Tamaulipas, Michoacán, Querétaro, Nuevo León, Sonora, Chiapas, Chihuahua, Puebla y Morelos.
En el caso michoacano, el pasado 24 de abril la prensa local reportó el asesinato de Omar Gómez, candidato independiente a la alcaldía de Aguililla. Y apenas esta semana fue secuestrado Omar Plancarte, candidato del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) a la presidencia municipal de Uruapan.
Según una medición detallada realizada por la consultora Etellekt, el actual proceso electoral parece convertirse en el más violento del presente siglo. Más de 450 candidatos o aspirantes a un puesto de elección popular han sido blanco de agresiones de distinta índole, desde amenazas o intimidaciones, hasta secuestros y asesinatos.
El promedio es de caso dos ataques registrados a diario.
En cuanto a las cifras, 34 aspirantes y candidatos han muerto y en solo en cinco de esos casos hay detenidos. Ninguna de las muertes ha sido completamente aclarada.
Y marzo es el mes que hasta ahora registra el mayor número de candidatos asesinados, con diez en total.
Pero no solo los candidatos han sido asesinados. Otros 54 militantes también murieron, de los cuales 16 eran integrantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y 15 de Morena. Acción Nacional y el PRD tienen 12 víctimas caca uno, el Partido Verde diez, y ocho eran de Movimiento Ciudadano (MC).
Para expertos como David Saucedo, consultor en temas de seguridad y delincuencia organizada, todo lo anterior confirma la capacidad del crimen organizado para influir cómo se conforman los gobiernos en los gobiernos.
Con información de Animal Político