#OPINIÓN // Operación 6 de junio

Humberto Urquiza es exconsejero del IEM y profesor de derecho, historia y sociología de las universidades Michoacana y Latina de América.

Humberto Urquiza Martínez

El día d se acerca. El 6 de junio será definitivo para la conformación de nuevos bloques de poder, gane quien gane. Si bien, las campañas electorales se constituyen en el espacio para lograr que los votantes apoyen a cada uno de los candidatos, lo cierto es que el domingo de la elección se transforma en otro mini proceso electoral. Ese día, los partidos políticos y candidatos implementan estrategias y operativos para asegurar el triunfo, independientemente de lo que haya pasado en la campaña.

Desde las 7 am, los partidos deben de confirmar la participación de sus representantes de casillas y generales que ayuden en la supervisión de cada casilla para evitar que existan incidentes de impacto legal.

Posteriormente, a las 8 am, el pendiente estará en dar seguimiento a la instalación de las casillas y apertura de las mismas para poder recibir la votación. A partir de dicha hora y hasta las 4 pm, los institutos políticos focalizan sus esfuerzos, primero en lograr que sus estructuras, militantes y simpatizantes, voten y posteriormente buscarán garantizar la asistencia de los votantes, principalmente de aquellos que durante la campaña manifestaron algún tipo de apoyo a favor del partido y/o candidato, esto es, los que no tienen partido (indecisos). Para ello, los institutos políticos utilizan las encuestas de salida, como instrumento para conocer la tendencia que van teniendo en las votaciones, dentro de las primeras horas de la elección. La operación consiste en preguntarles a los votantes que acepten contestar, por quién votaron. Con ello, los partidos pueden ver la tendencia que sigue desde las 8 am hasta la 1 pm.

En caso de que la participación política no les sea favorable, a partir de la 1 pm  hasta las 4 pm del día de la elección, es el momento más complejo en la operación electoral, ya que es el tiempo en el cual, los institutos políticos mueven a sus estructuras operativas para lograr que los votantes sin partido voten a su favor, y con ello puedan cambiar las tendencias que se manifiestan en las encuestas de salida, principalmente si las tendencias han sido negativas.

Otra medición se logra entre las 2 pm y 4 pm para saber si la estrategia funcionó o no, quedando solamente dos horas, en las que ya no es tan fácil movilizar a la gente, por lo que, lo que se hizo entre la 1 pm y 4 pm será lo último que sirva para ganar las elecciones.

De esa forma, la operación política electoral del día d, se convierte en un periodo pequeño en el que las estructuras políticas de todos los institutos operan, muchos con mecanismos legales, otros con mecanismos ilegales.

Sin embargo, la operación política del día d, no solamente se enfoca en votantes, sino también en violencia. El choque entre estructuras puede llegar a tener consecuencias negativas. La vigilancia entre partidos políticos en ocasiones se sale de control, por lo que esperemos que ante el margen de violencia tan amplia que hemos tenido en el proceso, no contamine la jornada electoral.

Humberto Urquiza es exconsejero del IEM y profesor de derecho, historia y sociología de las universidades Michoacana y Latina de América.