Metapolítica
Morelia, Michoacán.- “¿Cuál castigo a López Obrador?” Así se titula la columna publicada hoy por Viri Ríos, analista política mexicana y doctora en Gobierno por la Universidad de Harvard, en las páginas del medio más influyente del mundo.
Para la autora, la realidad es una: no hubo golpe a Morena.
“Con casi medio millón de muertes en exceso por la pandemia, un estimado de hasta 10 millones de pobres adicionales, pocos avances tangibles en la lucha anticorrupción y una violencia criminal que no cede, la elección intermedia de México debiera haber sido un fuerte golpe a Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador. No lo fue”, afirma.
Argumenta que “su coalición perderá curules (de tener 308 curules, que había ganado en la elección de 2018, ahora solo tendrá 279). Sin embargo, esta reducción es mucho menor que el promedio de 47 escaños que típicamente pierde el partido en la presidencia en una contienda intermedia”.
Incluso, señala, Morena como partido independiente aumentará sus curules con respecto a la elección de 2018.
“Entonces logró obtener 191 escaños y ahora se estima que gane entre 190 y 203. Por lo tanto, probablemente Morena tenga más diputados que antes.
“Ningún partido en el poder”, argumenta, “en la historia democrática de México ha logrado aumentar su número de curules en una intermedia. Es por ello que, la principal lección de estos comicios es muy clara y es para los partidos de la oposición: esta es una victoria muy magra comparada con la que se debió haber tenido”.
“Ningún partido en el poder”, argumenta, “en la historia democrática de México ha logrado aumentar su número de curules en una intermedia”.
Y señala que la responsabilidad es en parte de la propia oposición.
“Esto se debe, en buena medida, a que la oposición ha creado una plataforma cuya única propuesta tangible es combatir a López Obrador”.
Sin embargo, ¿tiene López Obrador motivo para celebrar? La respuesta es no.
“Estas elecciones son también un fuerte llamado de atención para Morena: el electorado está decepcionado de los errores de López Obrador y su partido ahora dependerá de sus aliados para aprobar modificaciones a la Constitución y perdió apoyo en Ciudad de México, uno de los grandes bastiones del obradorismo. Los votantes no les están dando un cheque en blanco”.
Finalmente advierte a la oposición:
“No debe ser motivo de triunfalismo para los grandes partidos tradicionales (PRI y PAN), que están capitalizando menos los fallos del gobierno de lo que debieran. Y la razón es una tremenda falta de propuestas. México necesita una oposición coherente, con propuestas específicas para empezar a solucionar los problemas de fondo que siguen sin solucionarse.
“Si en los próximos tres años que le quedan a López Obrador no lo consiguen, aumentará el malestar social que impera y no habrá ningún partido o candidatos que aprovechen los errores del gobierno de la llamada cuarta transformación. México quedará, de nuevo, sin alternativas de representación que nos ayuden a corregir el rumbo de uno de los países más desiguales y violentos del mundo”.
Lee la columna original del New York Times aquí