Metapolítica
Ciudad de México.- “Estamos firmes, fuertes sólidos y trabajando en equipo les vamos a ganar (en 2024) como les hemos ganado en 2021”, eso fue lo que dijo Alejandro Moreno, dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), durante una conferencia de prensa con sus aliados.
Sin embargo, los resultados obtenidos por el PRI en la jornada electoral del domingo 6 de junio distan de esa frase, pues han llevado al tricolor a tocar fondo con la pérdida de todos los estados que tenía en su poder y que se renovaron en la elección de este año, a mantenerse como la tercera fuerza política de la Cámara de Diputados, que en sus mejores momentos controló con una mayoría aplanadora y cuya mayoría absoluta perdió por primera vez en 1997.
El PRI se presentó ayer como “vencedor”, se puso “del lado de los ganadores” y presumió haber “derrotado a Morena”. Nada más lejos de la realidad. En las elecciones más grandes de la historia tuvo que presentarse con dos de sus viejos rivales, los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), y después de la elección deberá compartir con ellos cualquiera de los triunfos obtenidos.
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