Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Emilio Lozoya se queda solo. O ese es, al menos, el análisis que hoy establece el diario Milenio.
“A casi un año de que fuera extraditado a México, Emilio Lozoya no ha cumplido lo prometido a la Fiscalía General de la República (FGR) para terminar de demostrar las acusaciones de corrupción en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
“Esto se debe a reveses que ha sufrido el ex director de Pemex en este tiempo; el último fue de dos de sus testigos estrella, quienes negaron los señalamientos de Lozoya”, dice el medio.
Según indica, se trata de Rodrigo Arteaga Santoyo, quien fuera secretario particular de Lozoya, y Francisco Olascoaga Rodríguez, ex jefe del Departamento Administrativo en la Dirección de Pemex.
“En su denuncia realizada en agosto de 2020, Lozoya ofreció presentar al Ministerio Público de la Federación a Arteaga Santoyo y Olascoaga Rodríguez para que el primero aportara los recibos que se firmaban para la entrega de los recursos mencionados, y el segundo, un video en el que se apreciará el momento exacto de una de las entregas de dinero al enlace de (Partido) Acción Nacional”.
Se trata de Rodrigo Arteaga Santoyo, quien fuera secretario particular de Lozoya, y Francisco Olascoaga Rodríguez, ex jefe del Departamento Administrativo en la Dirección de Pemex.
Pero en entrevistas (…) tanto Rodrigo Arteaga como Francisco Olascoaga negaron los dichos del ex director de Pemex.
“Arteaga Santoyo rechazó tener ‘recibos de entrega de dinero firmados por Rafael Jesús Caraveo Opengo’; mientras que Olascoaga Rodríguez negó contar con un video de entrega de dinero a este mismo personaje”.
La nota de Milenio ya ha sido replicada por varios medios a nivel nacional. Entre ellas, el portal SinEmbargo sintetiza:
“De ser cierta la afirmación que hace esta mañana el diario mexicano Milenio, las esperanzas que se tenían en el llamado caso Lozoya se han convertido en un polvorón a casi un año de que fuera extraditado a México Emilio Lozoya Austin”.
El ex funcionario en el gobierno de Enrique Peña Nieto, acusado por los delitos de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita, se ha convertido en un símbolo de la corrupción en México durante la época priista, y en uno de los “trofeos” exhibidos por el presidente Lopez Obrador en su autodenominada lucha contra la impunidad.
Con información de Milenio y SinEmbargo