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Aplauden al cine mexicano en el Festival de Cannes

Metapolítica

Ciudad de México.- La civil, de la directora rumana Teodora Ana Mihai, fue ovacionada en el Festival de Cannes, al igual que Noche de fuego, de la mexicana-salvadoreña Tatiana Huezo, ambas en la sección “Una cierta mirada”, la segunda en importancia del festival de cine.

En La civil, una ama de casa mexicana se venga por mano propia en busca de su pequeña hija, que fue secuestrada por un cártel.

Según cuenta la directora, la historia está inspirada en la realidad. Al principio, dijo, pensaba hacer un documental, pero para no arriesgar a la personas, ni caer en una especie de “censura o autocensura”, transformó todo en un cinta de ficción.

La cinta cuenta con el apoyo de importantes coproductores como el mexicano Michel Franco, los belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne y el rumano Cristian Mungiu.

“No me interesaba contar una historia de políticos o de narcos, ni siquiera de la chica que se perdía, sino de la madre y de cómo le afecta ese gran hecho traumático”, añade la cineasta.

La civil, según la actriz Arcelia Ramírez, “una herida profunda y sangrante, una herida abierta”, la de los desaparecidos.

Por su parte, Noche de fuego tiene al narcotráfico y la trata de niñas como contexto y la magia de la infancia como hilo argumental.

La cinta e Tatiana Huezo es una adaptación de la novela Ladydi, de la estadounidense Jennifer Clement.

“Muestra una realidad que no es nueva. México es un país que ha estado marcado por el saqueo, por la violencia, por la impunidad, y en este territorio donde es muy difícil acceder a la justicia, donde vale todo, donde es fácil desaparecer, donde es fácil matar y no sucede nada, la condición femenina está muy expuesta”, dijo.

En su cinta, las tres niñas protagonistas aprenden a sobrevivir y a volverse invisibles en un pequeño pueblo marcado por los efectos colaterales de la guerra contra el narcotráfico, pero eso no apaga sus inquietudes.

Noche de fuego habla de la magia que habita en ese momento de la vida, del juego, de ese mundo que estas pequeñas construyen, que es un refugio impenetrable. Para mí era muy importante que mostrara una mirada más pura, más contestataria, honesta, frente a la violencia, en contrapunto con la inmovilidad y el silencio de los adultos”, añade.

Huezo ganó reputación internacional con su documental El lugar más pequeño, en 2011. Luego, Tempestad (2016), centrado en la violencia mexicana, triunfó como mejor documental en los premios Fénix del cine iberoamericano.

Noche de fuego se ubica en las montañas de Guerrero, “un lugar sumamente violento, donde se siembra amapola y hay un tráfico importante de goma de opio para producir heroína”, pero fue filmado en la Sierra Gorda de Querétaro.

“Las mujeres en México crecemos con miedo, con miedo de caminar por la calle a ciertas horas de la noche, con miedo de volver a casa después de una fiesta, con miedo a ponerte una falda. Todos los días desaparecen niñas y mujeres”, denuncia.

“Me siento muy libre para poder transitar entre la ficción y el documental. Me enamoré también de lo que significa trabajar con la interpretación, de poder trasladar emociones humanas y poder ponerlas en la piel de un personaje”, relata.

Con información de Sin Embargo

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