Por Héctor Tapia
Mientras Silvano Aureoles continúa con su “cruzada” Michoacán entra en caos.
Van tres días consecutivos en el que se han emprendido protestas de los elementos de la Policía Michoacán quienes exigen se les paguen salarios y prestaciones, y la respuesta de Silvano Aureoles fue justamente dar la espalda a dichos problemas.
Prefirió ir a Estados Unidos donde buscará oídos que le crean sobre lo que ha venido remarcando desde hace varias semanas, que en Michoacán la delincuencia organizada irrumpió en las elecciones pasadas.
Dicha injerencia, si tenía esa información, no la denunció antes de la jornada electoral, fue hasta después en que decidió alzar la voz, una vez que Carlos Herrera Tello, su ex secretario de gobierno, y su candidato a la gubernatura, quedó fuera de la contienda y que se le entregó la constancia al ahora gobernador electo Alfredo Ramírez.
Pero continuemos con la ruta que inició Aureoles Conejo. Desde el aeropuerto, con su ya icónico banquillo verde, emitió un mensaje en redes sociales, dijo:
“Hoy inicio mi gira de trabajo por Estados Unidos, consciente de que está en juego el futuro de la nación. Los mantendré informados.
“En México, he agotado todas las instancias nacionales a las que podía acudir y, ante la reiterada negativa de Andrés Manuel, como ya anuncié en días pasados, he decidido llevar el tema a instancias internacionales.
“Como ustedes saben, desde el pasado junio he insistido para que el presidente Andrés Manuel López Obrador me reciba para presentarle las pruebas que solicitó sobre la intervención del crimen organizado en las elecciones del 6 de junio”.
Y sí, efectivamente el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha accedido a recibir en lo corto al mandatario michoacano como lo ha exigido, gobernador que insiste en confrontar de manera constante al titular del Ejecutivo Federal.
Y aunque Aureoles Conejo ha aseverado de manera constante que no está litigando la elección, y que lo que advierte son riesgos mayúsculos para lo que está por venir para el país. Inició pues con su campaña para ir sembrando y construyendo una narrativa que no sólo pretende minar al próximo gobierno estatal, sino para intentar sembrar en el colectivo la idea de que será casi una narcoelección la que se vivirá para la renovación de las presidencia dela república.
Pero en toda esta ruta lo que llama la atención es este coqueteo que realiza hacia autoridades estadounidenses, como si buscara que le dieran protección a cambio de información.
Esta es una versión que conforme se acerca el tiempo para realizar la entrega, se va reforzando cada vez más.
