Humberto Urquiza Martínez
La consulta popular puso en el discurso del presidente del INE la reflexión propia de un hecho sin precedentes en la vida política de la federación, en la que no se había tenido ningún ejercicio de democracia directa similar y diferente a democracia directa mediante las elecciones de las autoridades federales.
Sin duda que ello es cierto, no existe precedente alguno y el simple hecho de lograr que se instalaran mesas receptoras para recibir la manifestación sobre el si o el no, ya es un hecho en sí mismo histórico.
La innovación federal es un gran paso en la construcción de una democracia, pero no tanto para la ciudadanía, sino principalmente para las autoridades federales, y principalmente para las responsables de cumplir con la ley en el procedimiento de consulta, que en este caso le correspondió al INE.
Sin embargo, la democracia directa no es nueva para la sociedad mexicana, para ello, solo baste dar cuenta de lo que ha pasado en varios momentos en diversos estados de la república como la Ciudad de México, Yucatán, Querétaro, entre muchos otros estados, en los que se ha presentado algún mecanismo de participación ciudadana que ha permitido construir la democracia desde lo local. Esto por lo menos en los últimos 15 años.
Es así que, para la ciudadanía de algunos estados no es nuevo el tema de la democracia participativa, vista desde esa visión institucional en la que existen procedimientos para que pueda incidir en decisiones públicas. Michoacán es otro de esas entidades federativas en las que se han podido desarrollar, desde hace algunos años, diversos mecanismos de participación ciudadana, a partir de la emisión de la Ley de mecanismos de participación ciudadanía. Tal es el caso de los observatorios ciudadanos que se han constituido en diversos municipios (no en el número que uno quisiera) así como en algunos órganos estatales como el Congreso, el Ejecutivo local, entre otros. De igual forma está la consulta a las comunidades indígenas para la transferencia de sus recursos económicos, que se han desarrollado desde el año de 2016 y que han sido una forma más de consulta ciudadana intercultural.
De todo ello, es claro que la participación ciudadana mediante mecanismos directos no es nueva para diversos estados de la República, en donde se llevan varios años y diversas experiencias en la construcción de la intervención ciudadana en temas políticos institucionales. Ello a diferencia de lo que aconteció con el caso federal, en el cual, efectivamente, la consulta popular no tiene precedentes y en donde serán más bien las instituciones públicas y sus integrantes, las y los que deberán de avanzar en la construcción de una democracia, más que la ciudadanía, la cual en varios estados ha logrado construirse a partir de mecanismos democráticos.
