Metapolítica
Morelia, Michoacán.- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en dos comunicados publicados en este año con menos de un mes de diferencia, refrendan la necesidad de que los niños regresen a las aulas. “Lo que los niños y los jóvenes han perdido por no poder asistir a la escuela puede que no se recupere nunca”.
El 7 de junio, la Unicef escribió que “el regreso presencial a las escuelas, tras más de un año de cierre por la pandemia de COVID-19, es un paso clave para la continuidad de la educación y la recuperación de aprendizajes que contribuirá a mitigar problemas vinculados a la malnutrición, la violencia y el embarazo adolescente, entre otros”
Y reiteró: “La experiencia a nivel internacional demuestra que un cierre prolongado de escuelas puede afectar negativamente a toda una generación en el corto, mediano y largo plazo, provocando pérdida de conocimientos y habilidades que, en el caso de México, se suma a una crisis de aprendizajes ya existente antes de la pandemia
El gobierno de México ha insistido en que el regreso a clases presenciales es necesario. En sus conferencias matutinas, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho recientemente que “consideramos que ya es tiempo de regresar a clases, no es sólo un asunto educativo, sino social” y que no será obligatorio.
“Esto no puede continuar. Las escuelas deben ser las últimas en cerrar y las primeras en reabrir”, mencionó la Unicef en un comunicado del 12 de julio, según declaración de la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, y de la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, documento en el cual también señalan que “en muchos casos, las escuelas se mantuvieron cerradas mientras que los bares y restaurantes permanecieron abiertos”.
“Lo que los niños y los jóvenes han perdido por no poder asistir a la escuela puede que no se recupere nunca. Ya sea la pérdida de aprendizaje, las dificultades psicológicas, la exposición a la violencia y el maltrato, la ausencia de comidas y vacunas en la escuela, o la limitación de las habilidades sociales, todas estas consecuencias afectarán al rendimiento educativo de los niños y a su participación en la sociedad, así como a su salud física y mental. Los más afectados suelen ser los niños que viven en entornos con pocos recursos y que no tienen acceso a herramientas de aprendizaje a distancia, así como los más pequeños que se encuentran en etapas críticas de su desarrollo”, sostiene.
La Unicef menciona que mantener a los niños en casa obliga a los padres de familia a dejar sus trabajos, sobre todo en países “donde la licencia familiar es muy limitada o no existe”.
“Los 14 meses de cierre han afectado negativamente la educación de 25.4 millones de estudiantes de educación básica y 5.2 millones de educación media superior en México, lo que compromete no sólo su derecho a la educación, como principio, sino su presente y su futuro”, señaló Astrid Hollander, Jefa de Educación de UNICEF en México, en un comunicado del 7 de junio de 2021.
Asimismo, la Unifef señala que el riesgo de transmisión de COVID-19 en escuelas se puede controlar en la mayoría de los casos si se adoptan las medidas de mitigación adecuadas. “La decisión de abrir o cerrar escuelas debe basarse en el análisis de los riesgos y en consideraciones epidemiológicas específicas de las comunidades en las que se encuentran las escuelas”, sostiene.
“El cierre de escuelas hipoteca nuestro futuro sin que en este momento se produzca ningún beneficio tangible. Tenemos que establecer bien nuestras prioridades. Podemos y debemos reabrir las escuelas de forma segura”, aseveran.